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Voto de TOM REGAN:
7
7,0
150
Comedia. Drama
Gioia, (una rubia Anna Magnani) intenta por todos los medios pasar la noche de fin de año celebrándola adecuadamente. En cambio, se encontrará junto a Umberto Vernazzi (Totò) llamado Infortunio, que se ve obligado a ser el cómplice de Lello, un carterista que ha decidido aprovecharse de la confusión de las celebraciones colectivas para conseguir robarles las pertenencias a los invitados de las fiestas en las que los tres, se van ... [+]
28 de julio de 2023
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209/21(27/07/23) Entrañable comedia italiana, de las cautivan por sus protagonistas perdedores que afrontan la vida con ilusión, a pesar de los golpes les dan, y en esto el director romano Mario Monicelli lo borda a lo largo de su prolífica filmografía como lo demuestra en films como “Rufufú” o “A caballo de un tigre”, aquí esto lo engrandece con las actuaciones prodigiosas de dos de los mitos transalpinos, Anna Magnani (nominada dos veces al oscar como Actriz Principal, por “la Rosa tatuada” y “Viento Salvaje”, ganándola por la primera)y Totò, dos clásicos italianos que habían trabajado durante años de pareja en vodeviles por los teatros del país con forma de bota, y sin embargo esta fue la primera y única vez que coincidieron en cine (la Magnani puso reparos a Totó por que le pudiera quitar protagonismo, aunque luego durante el rodaje tuvieron química, compitiendo por ser más graciosos), les acompaña el actor neoyorkino de origen italiano Ben Gazzara (elegido por la Magnani por haberlo conocido en sus rodajes en USA; le tuvieron que doblar; recién salido de su papel protagónico en "Anatomy of a Murder"). La película adapta dos cuentos del gran Alberto Moravia (“Dos mujeres”, “El desprecio”, o “El conformista”), “Risate di gioia” y “Ladri in Chiesa”, en un guión escrito por Monicelli, junto a los maestros de la comedia Agenore Incrocci (“Rufufú” o “El Bueno, el feo y el Malo”), Furio Scarpelli (“La Gran Guerra” o “Todos a casa”), la guionista fetiche de Vuisconti, y Suso Cecchi D'Amico (“Rocco y sus hermanos” o “El Gatopardo”). Para una comedia de humor negro que transcurre entre el último día del año y el nuevo, con epicentro en la Nochevieja en Roma, dónde al trio protagonista le sucederán todo tipo de desventuras agridulces, primando la picardía, los desencuentros, los malentendidos, en un reflejo de la naturaleza humana, reflejada en unos personajes enternecedores en sus virtudes y defectos, muy humanos, llegando a empatizar sobre todo con los veteranos Magnani y Totò, conmoviendo su relación, llegando a su rush final con un gran sabor de boca cinéfilo en la ternura que desprenden.
Una actriz que trabaja como extra en Cinecittà, Gioia Tortorella (Magnani), es invitada en Nochevieja a una fiesta a la que va ilusionada (incluso se tiñe el cabello de rubio platino, cuando solo ha sido llamada por no ser 13 en el sarao; su amigo de trabajo de extra, Umberto ‘Infortunio’ Pennazutto (Totò), hecha sus horas extra estafando a seguros, accede en Nochevieja a ayudar a un ladrón (recién salido de la cárcel) de guante blanco (carterista y descuidero), este es Lello (Gazzara), aunque se arrepiente ‘Infortunio’ de ser cómplice.
Es un argumento lineal en que los protagonistas se ven inmersos en un devenir de acontecimientos encadenados, que los arrastran por la Nochevieja en diferentes situaciones. Con Umberto coaccionado por el intimidante Lello, mientras Gioia cree haber encontrado el amor en el joven ladrón, cuando este es solo un interesado manipulador con mucha labia para engatusar a unos y otros, y en sus redes caen de diferentes formas los dos protagonistas. Giogia y Lello mantiene una relación cargada de ambigüedad, no terminamos de saber de los sentimientos reales del hombre, lo que aporta complejidad.
Hay un reguero de escenas que se mueven entre el humor y el patetismo, en un desarrollo ágil, donde sobresalen algunas centelleantes momentos. Con ese inicio con el conductor de metro (el mago cómico galo Mac Ronay) que curra en Nochevieja, saliendo de su pisucho, donde la mujer le dice que celebraran la fiesta a la noche siguiente cuando libre, y cuando sale comienza a sacar toda la comida para una gran cena y le dice a la madre sobre la mentirijilla a su esposo: ‘Ojos que no ven corazón que no siente’. Este personaje solo aparecerá más cuando Gioia es engañada para tomar el vagón equivocado; Ese homenaje al mundo del cine, cuando vemos el rodaje en Ci¡necità de un film peplum religioso donde entra las extras la protagonista grita ‘Milagro!. Esto entroncará hábilmente con el clímax del film en una Iglesia; Como ese número de comedia de music-hall que se marcan Gioia y Umberto tras recibir un premio, que hay que ver en el contexto real de los dos intérpretes que los encarnan, dueto verídico que actuó por toda Italia; Cuando ‘Infortunio’ y Lello quedan atrapados en medio de una calle romana donde los vecinos lanzan todo tipo de objetos por las ventanas, y deben esconderse bajo techo para no ser variados por algún mueble. Esto es una costumbre real, sobre todo del sur de Italia, donde te deshaces de las cosas viejas para iniciar el nuevo año; Esa pareja que conocemos en el sarao EUR (¿?), donde él utiliza de gancho a su hermosa pareja para atrapar a incautos, muy gracioso como para comunicarle la alianza con Lello y Umberto, este se acerca a donde baila con la ‘presa’, lo hace bailando con Umberto, susurrándole que hay mucha guita en juego y hasta podrían sacar una televisión!; Cuando el estadunidense (Fred Clark) con la Magnani decide emular a la voluptuosa Anita Ekberg y Mastroiani bañándose en la Fontana Di Trevi del popular film felliniano “La Dolce Vita” (estrenado este mismo año 1960, ocho meses antes que este); El tramo en el palacio con los aristócratas germanos en la fiesta, con Umberto comiendo copiosamente mientras cuestiona a los anfitriones sobre su ‘participación’ en la Segunda Guerra Mundial; Tenemos la vigorosa declaración de Lello sobre su ‘profesión’ de ladrón, una declaración de intenciones, que en realidad es un dardo contra el sistema social (quejándose de que unos nazcan ricos y otros pobres ¿?), cargado de sentimiento y carácter. Aunque en mi mentalidad no me crea empatía, pues siempre existe la posibilidad de buscar un trabajo honrado y no tomar la vía fácil; también hay divertido running-gag sobre que no tiene dinero para coger un taxi, gag que se estira con acierto hasta el final.
Una actriz que trabaja como extra en Cinecittà, Gioia Tortorella (Magnani), es invitada en Nochevieja a una fiesta a la que va ilusionada (incluso se tiñe el cabello de rubio platino, cuando solo ha sido llamada por no ser 13 en el sarao; su amigo de trabajo de extra, Umberto ‘Infortunio’ Pennazutto (Totò), hecha sus horas extra estafando a seguros, accede en Nochevieja a ayudar a un ladrón (recién salido de la cárcel) de guante blanco (carterista y descuidero), este es Lello (Gazzara), aunque se arrepiente ‘Infortunio’ de ser cómplice.
Es un argumento lineal en que los protagonistas se ven inmersos en un devenir de acontecimientos encadenados, que los arrastran por la Nochevieja en diferentes situaciones. Con Umberto coaccionado por el intimidante Lello, mientras Gioia cree haber encontrado el amor en el joven ladrón, cuando este es solo un interesado manipulador con mucha labia para engatusar a unos y otros, y en sus redes caen de diferentes formas los dos protagonistas. Giogia y Lello mantiene una relación cargada de ambigüedad, no terminamos de saber de los sentimientos reales del hombre, lo que aporta complejidad.
Hay un reguero de escenas que se mueven entre el humor y el patetismo, en un desarrollo ágil, donde sobresalen algunas centelleantes momentos. Con ese inicio con el conductor de metro (el mago cómico galo Mac Ronay) que curra en Nochevieja, saliendo de su pisucho, donde la mujer le dice que celebraran la fiesta a la noche siguiente cuando libre, y cuando sale comienza a sacar toda la comida para una gran cena y le dice a la madre sobre la mentirijilla a su esposo: ‘Ojos que no ven corazón que no siente’. Este personaje solo aparecerá más cuando Gioia es engañada para tomar el vagón equivocado; Ese homenaje al mundo del cine, cuando vemos el rodaje en Ci¡necità de un film peplum religioso donde entra las extras la protagonista grita ‘Milagro!. Esto entroncará hábilmente con el clímax del film en una Iglesia; Como ese número de comedia de music-hall que se marcan Gioia y Umberto tras recibir un premio, que hay que ver en el contexto real de los dos intérpretes que los encarnan, dueto verídico que actuó por toda Italia; Cuando ‘Infortunio’ y Lello quedan atrapados en medio de una calle romana donde los vecinos lanzan todo tipo de objetos por las ventanas, y deben esconderse bajo techo para no ser variados por algún mueble. Esto es una costumbre real, sobre todo del sur de Italia, donde te deshaces de las cosas viejas para iniciar el nuevo año; Esa pareja que conocemos en el sarao EUR (¿?), donde él utiliza de gancho a su hermosa pareja para atrapar a incautos, muy gracioso como para comunicarle la alianza con Lello y Umberto, este se acerca a donde baila con la ‘presa’, lo hace bailando con Umberto, susurrándole que hay mucha guita en juego y hasta podrían sacar una televisión!; Cuando el estadunidense (Fred Clark) con la Magnani decide emular a la voluptuosa Anita Ekberg y Mastroiani bañándose en la Fontana Di Trevi del popular film felliniano “La Dolce Vita” (estrenado este mismo año 1960, ocho meses antes que este); El tramo en el palacio con los aristócratas germanos en la fiesta, con Umberto comiendo copiosamente mientras cuestiona a los anfitriones sobre su ‘participación’ en la Segunda Guerra Mundial; Tenemos la vigorosa declaración de Lello sobre su ‘profesión’ de ladrón, una declaración de intenciones, que en realidad es un dardo contra el sistema social (quejándose de que unos nazcan ricos y otros pobres ¿?), cargado de sentimiento y carácter. Aunque en mi mentalidad no me crea empatía, pues siempre existe la posibilidad de buscar un trabajo honrado y no tomar la vía fácil; también hay divertido running-gag sobre que no tiene dinero para coger un taxi, gag que se estira con acierto hasta el final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Totò y Anna Magnani forman un binomio chispeante en sus diálogos, rezuman frescura uy naturalidad, moviéndose entre el humor y lo dramático. Totò es brillante (cuando no), con un rol hecho a su medida, lo que aquí se llama un gafe, lleva la mala suerte al que se le acerca, un cenizo, pero de buen corazón, derrocha empatía; Magnani es Magnani, o sea, un torrente de fuerza vital que desborda la pantalla con su fuerte carácter, aquí sensacional en como cae bajo la telaraña del núbil Lello; Ben Gazzara cumple con creces como el pícaro Lello, da vigor a su ladronzuelo, tiene sus propio código ético, le falta química con la Magnani.
De la puesta en escena destaca la formidable cinematografía en glorioso b/n de Leonida Barboni (“Divorcio a la italiana” o “El hombre de paja”), iluminando la Nochevieja en marcados contrastes de grises, con entusiastas planos de los vividos saraos, tomas hermosas, como la de la Plaza de la República, con su espectacular Fontana di Esedra, o las tomas de la Iglesia, sobresaliente en la forma de filmar espejos (preciosa toma de la Magnani mirándose al espejo de una columna y a su lado aparece Gazzara y vemos la reacción de ella en el cristal), o como filma a través de ventanas en dos planos (vemos discutir en primer plano a Infortunio y Lello y al lado la ventana donde en bajo Giogia también lo hace con otras personas).
Spoiler;
El rush final es bastante bueno. Tras ser echados de la fiesta de los alemanes, Lello expone a sus dos ‘compañeros’ de noche porque es ladrón. Giogia le recrimina si con ella ha hecho un teatrillo, él dice no, ella le pide deje esa vida, entonces huye. Infortunio y Giogia discuten, empieza a llover y se refugian en una Iglesia donde dan misa. Giogia ve allí a Lello, parece rezar, y siente que Lello tiene sentimientos, se acerca a él, este le dice se marche, ella no hace caso, ella se da cuenta que ha robado el collar de la virgen, le quiere impedir se marche. Y él echa en sus manos el collar y se marcha corriendo de allí. Ante el jaleo los parroquianos ven a Giogia con el collar, ella improvisa y se lo pone al cuello, acordándose del rodaje grita arrodillándose: Milagro! Hay una elipsis, hay niños sin camiseta jugando en la calle (debe haber pasado tiempo), y la vemos saliendo de prisión y allí le espera Umberto, que le trae un paraguas (no llueve). Ella sale con mucho optimismo, Umberto le dice que tiene trabajo como extra de esclavo, y aunque él le dice que es Ferragosto (15 de agosto), para ella 8dice) es 1 de enero y ve el futuro con optimismo, y tira su piel de zorro al Tíber. Se suben a un taxi y unos metros más adelante este para y ellos se bajan, no tiene dinero par apagarlo, ella le recrimina que porque compró entonces el paraguas, le pide que lo abra al menos par resguardarse del sol, mientras se alejan por el paseo fluvial. Bonita coda.
El film nació de una disputa legal: en febrero de 1959 Magnani demandó al productor Sandro Pallavicini pidiendo una compensación de 59 millones de liras por un contrato de 1956 que no fue respetado. Luego, los dos acuerdan hacer una película titulada The Chick que, sin embargo, no se consideró comercialmente viable y fue reemplazada por el tema de Laughing Joy. Después de muchos aplazamientos, también debido a los compromisos estadounidenses de Magnani, la película finalmente se realizó en 1960.
Si bien los interiores de la película se produjeron en las fábricas de Titanus, los exteriores se filmaron casi en su totalidad de noche (aparte de las escenas finales en el Lungotevere). El rodaje comenzó el 3 de mayo de 1960 y duró unos 40 días, pero el trabajo del equipo se vio frenado por un accidente que le ocurrió a Magnani, quien se rompió el brazo durante el rodaje en la iglesia de S. Andrea della Valle (una de las últimas escenas de la película) y tuvo que permanecer inmóvil durante unos 15 días.
Una muy amena comedia italiana en sus años dorados, con el aliciente de tener a los espléndidos Magnani y Totò.. Gloria Ucrania!!!
De la puesta en escena destaca la formidable cinematografía en glorioso b/n de Leonida Barboni (“Divorcio a la italiana” o “El hombre de paja”), iluminando la Nochevieja en marcados contrastes de grises, con entusiastas planos de los vividos saraos, tomas hermosas, como la de la Plaza de la República, con su espectacular Fontana di Esedra, o las tomas de la Iglesia, sobresaliente en la forma de filmar espejos (preciosa toma de la Magnani mirándose al espejo de una columna y a su lado aparece Gazzara y vemos la reacción de ella en el cristal), o como filma a través de ventanas en dos planos (vemos discutir en primer plano a Infortunio y Lello y al lado la ventana donde en bajo Giogia también lo hace con otras personas).
Spoiler;
El rush final es bastante bueno. Tras ser echados de la fiesta de los alemanes, Lello expone a sus dos ‘compañeros’ de noche porque es ladrón. Giogia le recrimina si con ella ha hecho un teatrillo, él dice no, ella le pide deje esa vida, entonces huye. Infortunio y Giogia discuten, empieza a llover y se refugian en una Iglesia donde dan misa. Giogia ve allí a Lello, parece rezar, y siente que Lello tiene sentimientos, se acerca a él, este le dice se marche, ella no hace caso, ella se da cuenta que ha robado el collar de la virgen, le quiere impedir se marche. Y él echa en sus manos el collar y se marcha corriendo de allí. Ante el jaleo los parroquianos ven a Giogia con el collar, ella improvisa y se lo pone al cuello, acordándose del rodaje grita arrodillándose: Milagro! Hay una elipsis, hay niños sin camiseta jugando en la calle (debe haber pasado tiempo), y la vemos saliendo de prisión y allí le espera Umberto, que le trae un paraguas (no llueve). Ella sale con mucho optimismo, Umberto le dice que tiene trabajo como extra de esclavo, y aunque él le dice que es Ferragosto (15 de agosto), para ella 8dice) es 1 de enero y ve el futuro con optimismo, y tira su piel de zorro al Tíber. Se suben a un taxi y unos metros más adelante este para y ellos se bajan, no tiene dinero par apagarlo, ella le recrimina que porque compró entonces el paraguas, le pide que lo abra al menos par resguardarse del sol, mientras se alejan por el paseo fluvial. Bonita coda.
El film nació de una disputa legal: en febrero de 1959 Magnani demandó al productor Sandro Pallavicini pidiendo una compensación de 59 millones de liras por un contrato de 1956 que no fue respetado. Luego, los dos acuerdan hacer una película titulada The Chick que, sin embargo, no se consideró comercialmente viable y fue reemplazada por el tema de Laughing Joy. Después de muchos aplazamientos, también debido a los compromisos estadounidenses de Magnani, la película finalmente se realizó en 1960.
Si bien los interiores de la película se produjeron en las fábricas de Titanus, los exteriores se filmaron casi en su totalidad de noche (aparte de las escenas finales en el Lungotevere). El rodaje comenzó el 3 de mayo de 1960 y duró unos 40 días, pero el trabajo del equipo se vio frenado por un accidente que le ocurrió a Magnani, quien se rompió el brazo durante el rodaje en la iglesia de S. Andrea della Valle (una de las últimas escenas de la película) y tuvo que permanecer inmóvil durante unos 15 días.
Una muy amena comedia italiana en sus años dorados, con el aliciente de tener a los espléndidos Magnani y Totò.. Gloria Ucrania!!!