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Voto de TOM REGAN:
6
6,0
361
Romance. Drama
Adaptación de la inmortal obra de William Shakespeare sobre el romance de dos jóvenes que se enamoran a pesar de las desavenencias de sus respectivas familias. Llama la atención la elección de Cukor de dos actores maduros (Leslie Howard contaba con 43 años de edad y Norma Shearer con 34) para los papeles principales. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
33/14(26/02/19) Irregular pero apreciable primera gran adaptación sonora de la famosa obra del Bardo de Avon. Dirigida por George Cukor, con guión de Talbot Jennings (“La tragedia de la Bounty” o “Los caballeros del rey Arturo”), sintetizando las más de tres horas en apenas dos, sesgando sobre un cuarto del verso, parte por imposición de la oficina Hays, pero conservando los pasajes más conocidos como la escena del balcón o la oda de Mercutio a la reina Mab está intacta, y sin añadir diálogo adicional. El productor Irving Thalberg presionó a MGM durante 5 años para hacer una película de Romeo y Julieta, a pesar de la resistencia del jefe de estudio Louis B. Mayer, que creía la audiencia masiva consideraba a Shakespeare por encima de sus cabezas, y también estaba preocupado por las restricciones presupuestarias del estudio durante los primeros años de la Gran Depresión. Fue sólo cuando Jack L. Warner ha anunciado su intención de filmar “Sueño de una noche de verano” para la Warner que Mayer, para no ser menos, dio a Thalberg el visto bueno. El éxito de un avivamiento de Broadway en 1934 también fomentó la idea de una versión cinematográfica, protagonizando en las tablas Katharine Cornell como Juliet, Basil Rathbone como Romeo, Brian Aherne como Mercutio y Edith Evans como The Nurse. Rathbone fue el único actor del renacimiento de 1934 que aparece en la película, aunque en papel de Tebaldo en lugar de Romeo, rol que en el teatro fue interpretado por Orson Welles, de 19 años. La intención declarada de Thalberg era "hacer de la producción lo que Shakespeare hubiera deseado si hubiera poseído las instalaciones del cine". Hizo grandes esfuerzos para establecer la autenticidad y credenciales intelectuales de la película: investigadores fueron enviados a Verona para tomar fotografías para los diseñados; Las pinturas de Botticelli, Bellini , Carpaccio y Gozzoli fueron estudiadas para proporcionar inspiración visual; y 2 asesores académicos (John Tucker Murray de Harvard y William Strunk, Jr. de Cornell) fueron trasladados al set, con instrucciones para criticar la producción libremente. Thalberg solo tenía la opción de que el director fuera George Cukor, conocido como "el director de mujeres". La visión de Thalberg fue que la actuación de Norma Shearer, su esposa, dominaría la imagen. Además de actores famosos de Shakespeare como Howard y Barrymore, Thalberg seleccionó a muchos actores de la pantalla y trajo entrenadores de drama de la Costa Este (como Frances Robinson Duff, quien entrenó a Shearer) para enseñarles. En consecuencia, se encontró que los actores que antes se destacaban por el naturalismo ofrecían más actuaciones escénicas. El rodaje se extendió a seis meses, y el presupuesto alcanzó los $ 2 millones (doble del presupuesto original), la película sonora más cara de MGM hasta ese momento. La Julieta de esta historia es Norma Shearer, una de las estrellas más grandes de Hollywood que se remonta a la era silenciosa. Su esposo, durante casi una década, fue el legendario productor Irving Thalberg, que se había ganado su apodo de Boy Wonder por su increíble talento para hacer éxitos de taquilla, pero este no fue uno de ellos, perdió un millón de dólares, y Hollywood se alejó de Shakespeare por varios años . El casting de Romeo resultó ser difícil, después de que Fredric March, Robert Donat, Franchot Tone y Olivier, todos declinaron el papel. Cukor y Thalberg finalmente se decidieron por Leslie Howard, Cukor no estaba feliz con sus dos protagonistas, sabiendo que ni Howard ni Shearer podían interpretar convincentemente a los apasionados y apasionados jóvenes amantes: eran demasiado. La película fue un hito especialmente triste en su vida, y es que el día que la película se estrenó (14/09/1936) en Los Ángeles, Thalberg murió de neumonía a los 37 años. A pesar de las cuatro nominaciones al Oscar a Mejor Película, Shearer como Mejor Actriz, Rathbone como Mejor Actor de Reparto y Cedric Gibbons, Fredric Hope y Edwin B Willis a la Mejor Dirección de Arte, no ganó ningún premio y demostró ser un fracaso costoso cuando fue alcanzado por Tanto la indiferencia crítica como la pública. Veintidós años después el italiano Franco Zeffirelli realiza la mejor versión y más fiel a la obra isabelina, protagonizándola dos jóvenes cercanos a las edades de la obra shakesperiana.
La obra Romeo y Julieta trata sobre dos amantes muy jóvenes que no entienden el mundo, y una gran cantidad de personas mayores que están fuera de contacto con los jóvenes (y que tampoco entienden el mundo). Juliet tiene trece años, y aunque la edad de Romeo no está establecida, ponerlo en su adolescencia se ajusta a la historia. Sus sentimientos son ciertos, pero simplemente no saben qué hacer al respecto.
La obra nace con una enorme vía de agua cuando ves que los protagonistas prácticamente triplican las edades orginales de la obra, esto hace que el espectador se sienta alejado y haya una barrera de credibilidad, pues de ser dos adolescentes en la flor de la vida, con las dudas existenciales de su convulsa edad, pasamos a ver a dos maduritos expresando mentalidades cuasi-infantiles en sus desorientados comportamientos. Teniendo el espectador que dar licencia de credibilidad dañada, y entonces entramos en la narración, que se me antoja apresurada y con poca gradualidad, el romance mítico lo noto metido a empujones, por imperativo del guión, una mirada, cruzan dos frases y ya está el amor más grande que la vida, me resulta atropellado. Aunque es una delicia escuchar las declamaciones en prosa de los personajes, arrollando en su belleza oral. Tratando temas ya clásicos como el amor puro, la enfermedad de la venganza, la amistad, la juventud dorada, o el dolor de la pérdida.
La obra Romeo y Julieta trata sobre dos amantes muy jóvenes que no entienden el mundo, y una gran cantidad de personas mayores que están fuera de contacto con los jóvenes (y que tampoco entienden el mundo). Juliet tiene trece años, y aunque la edad de Romeo no está establecida, ponerlo en su adolescencia se ajusta a la historia. Sus sentimientos son ciertos, pero simplemente no saben qué hacer al respecto.
La obra nace con una enorme vía de agua cuando ves que los protagonistas prácticamente triplican las edades orginales de la obra, esto hace que el espectador se sienta alejado y haya una barrera de credibilidad, pues de ser dos adolescentes en la flor de la vida, con las dudas existenciales de su convulsa edad, pasamos a ver a dos maduritos expresando mentalidades cuasi-infantiles en sus desorientados comportamientos. Teniendo el espectador que dar licencia de credibilidad dañada, y entonces entramos en la narración, que se me antoja apresurada y con poca gradualidad, el romance mítico lo noto metido a empujones, por imperativo del guión, una mirada, cruzan dos frases y ya está el amor más grande que la vida, me resulta atropellado. Aunque es una delicia escuchar las declamaciones en prosa de los personajes, arrollando en su belleza oral. Tratando temas ya clásicos como el amor puro, la enfermedad de la venganza, la amistad, la juventud dorada, o el dolor de la pérdida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La puesta en escena es casi toda en interiores, destacando los ampulosos escenarios creados por uno de los más grandes como fue Cedric Gibbons (creador de la estatuilla del Oscar), recreando esta Verona del medievo en los Metro-Goldwyn-Mayer Studios (Culver City-California-USA), con una preciosa plaza donde acontecen varias escenas entre ellas los fatídicos duelos paladines, con el mítico patio del balcón de Julieta, o el mausoleo del clímax final; El diseño de vestuario Adrian (“El Mago de Oz” o “Historias de Filadelfia”) y Oliver Messel (“La vida privada de Don Juan” o “De repente el último verano”), resulta pasado de vueltas en sus toques recargados, con elementos estrambóticos que desvían la atención, un error.
Leslie Howard como Romeo resulta chirriante el ver a un tipo de 43 años pronunciarse de modo aniñado, da el perfil de blandito pero, vuelvo a insistir, no encaja (Shakespeare no menciona la edad del enamorado, pero dice que aún no le salía barbilla, así que…). Aunque se agradece el esfuerzo en dar delicadeza a la prosa isabelina; Norma Shearer resulta igual de grimante en su exposición de una Julieta donde sus palabras no cuadran con la edad que tiene (34 años, cuando la Julieta de Shakespeare tenía 13), no conectas con el tremendismo que si proyectan adolescentes que se lo toman todo a la tremenda, que atomizan los sentimientos, lucha su expresividad contra su rostro, quedando todo muy forzado, aunque tiene un soliloquio formidable cuando se repiensa si tomarse la poción “suicida” que le ha dado el monje; La química entre los dos si resulta buena, pero sin llegar a que fluya entre ellos el calor necesario que nos estremezca, el lastre lastrada lástima del error de casting es muy pesado, aunque supongo que poner a unos adolescentes en una historia de amor con suicidio de por medio el Código Hays no lo hubiera permitido, pero es que tampoco los secundarios ayudan, pues ver a John Barrymore actuando como un púber Mercutio resulta estridente (tenía 54 añitos), no te crees su fogosidad, lo ves actuando todo el rato, da dentera verlo levantarle el vestido a la nodriza de Julieta; Basil Rathbone como Tebaldo está mejor pues no tiene un rol tan histriónico, otorgando flema villana a su personaje; Aubrey Smith como Lord Capuleto es un lujo, emitiendo majestuosidad con ese rostro que parece salido del túnel del tiempo, excelente su carisma; Edna May como la nodriza de Julieta me resulta sobreactuada.
Spoiler:
El tremendismo de Romeo y Julieta resulta excesivo, pues llego a preguntarme porque ella simplemente no huye de Verona y se encuentra en el exterior con Romeo? Porque lo del plan me suicido pero poco, resulta hilar muy fino, un plan cogido con pinzas, porque, y si deciden enterrarla? Y si donan su cuerpo a la medicina?
Y lo del duelo entre Paris (Ralph Forbes) y Romeo en el mausoleo, resulta un pegote sin sentido.
En conjunto me queda una solo interesante versión de la icónica obra, muy envejecida por el paso del tiempo, y donde el ya remarcado casting se convierte en varios tiros en el pie. Fuerza y honor!!!
Leslie Howard como Romeo resulta chirriante el ver a un tipo de 43 años pronunciarse de modo aniñado, da el perfil de blandito pero, vuelvo a insistir, no encaja (Shakespeare no menciona la edad del enamorado, pero dice que aún no le salía barbilla, así que…). Aunque se agradece el esfuerzo en dar delicadeza a la prosa isabelina; Norma Shearer resulta igual de grimante en su exposición de una Julieta donde sus palabras no cuadran con la edad que tiene (34 años, cuando la Julieta de Shakespeare tenía 13), no conectas con el tremendismo que si proyectan adolescentes que se lo toman todo a la tremenda, que atomizan los sentimientos, lucha su expresividad contra su rostro, quedando todo muy forzado, aunque tiene un soliloquio formidable cuando se repiensa si tomarse la poción “suicida” que le ha dado el monje; La química entre los dos si resulta buena, pero sin llegar a que fluya entre ellos el calor necesario que nos estremezca, el lastre lastrada lástima del error de casting es muy pesado, aunque supongo que poner a unos adolescentes en una historia de amor con suicidio de por medio el Código Hays no lo hubiera permitido, pero es que tampoco los secundarios ayudan, pues ver a John Barrymore actuando como un púber Mercutio resulta estridente (tenía 54 añitos), no te crees su fogosidad, lo ves actuando todo el rato, da dentera verlo levantarle el vestido a la nodriza de Julieta; Basil Rathbone como Tebaldo está mejor pues no tiene un rol tan histriónico, otorgando flema villana a su personaje; Aubrey Smith como Lord Capuleto es un lujo, emitiendo majestuosidad con ese rostro que parece salido del túnel del tiempo, excelente su carisma; Edna May como la nodriza de Julieta me resulta sobreactuada.
Spoiler:
El tremendismo de Romeo y Julieta resulta excesivo, pues llego a preguntarme porque ella simplemente no huye de Verona y se encuentra en el exterior con Romeo? Porque lo del plan me suicido pero poco, resulta hilar muy fino, un plan cogido con pinzas, porque, y si deciden enterrarla? Y si donan su cuerpo a la medicina?
Y lo del duelo entre Paris (Ralph Forbes) y Romeo en el mausoleo, resulta un pegote sin sentido.
En conjunto me queda una solo interesante versión de la icónica obra, muy envejecida por el paso del tiempo, y donde el ya remarcado casting se convierte en varios tiros en el pie. Fuerza y honor!!!