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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Intriga. Thriller. Cine negro Turquía era oficialmente neutral durante la Segunda Guerra Mundial, pero en realidad sirvió como punto de encuentro de los espías de las potencias beligerantes, que buscaban una oportunidad para intercambiar secretos militares. Un complejo caso de espionaje, en el que estuvieron implicados alemanes e ingleses, estuvo a punto de cambiar el curso de la guerra, inclinando la balanza del lado de las potencias del Eje Berlín-Roma-Tokio. ... [+]
10 de mayo de 2022
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
146/06(05/05/22) Con motivo del 70 aniversario del estreno de este film (22/02/1952) me lo he revisionado. Ganando con el tiempo, siendo notable thriller de espías, dirigido con pulso elegante por Joseph Leo Mankiewicz, muestra de cine hitchcockiano sin estar detrás el orondo londinense, la película huele a AH por muchos elementos, entre ellos la música de uno de los músicos de cabecera del ‘maestro del suspense’ como Bernard Herrmann; como se manejan los intensos momentos en que el protagonista hace las fotos; la escena de apertura de la caja fuerte apagando la corriente eléctrica y como la aparición por azar de una limpiadora da un vuelco a todo; la persecución por Estambul [filmada en los lugares reales que sucedió]; o su cínico final con esa sonrisa que nos retumba). La historia está basada en hechos reales, con el guión del propio director junto al ‘Blacklist’ Michael Wilson, adaptando el libro “Operation Cicero” (original alemán: Der Fall Cicero) de1950 de Ludwig Carl Moyzisch, agregado comercial nazi en la embajada alemana en Ankara (1943-1944). En la película James Mason interpreta a Ulysses Diello (Cicerón), el personaje basado en el albanés Elyesa Bazna, siendo su interpretación arrolladora de personalidad, con el resto del elenco con Danielle Darrieux, Michael Rennie, Herbert Berghof y Walter Hampden. El espía trabajó para los nazis entre 1943-1944 mientras trabajaba como ayuda de cámara del embajador británico en Turquía, Sir Hughe Montgomery Knatchbull-Hugessen. Usó el nombre en clave ‘Cicerón’ (nombre éste, el del célebre orador y filósofo romano), puesto por los alemanes, fotografiaba documentos de alto secreto y entregaba las películas a Franz von Papen, el ex canciller alemán, en ese momento embajador alemán en Ankara, a través del intermediario Moyzisch.

Produciéndose un cautivador juego del gato y el ratón, entre los alemanes que no terminan de creerse al que le pasa las fotos y los británicos intentando dar con el misterioso espía, y en medio ‘Cicerón’ que con una sofisticación y flema sublime se mueve entre estas ‘pirañas’ de modo exquisito. Ello enmarcado en un exótico lugar, con reminiscencias a “Casablanca”, lugar de bazares, cafés, bullicio, fiestas, embajadas, mansiones, todo entrelazado a la trama de modo estupendo, trasladándonos a este lar neutral. Adornando la narración de personajes bien descritos en apenas unas puntadas, con diálogos mordaces, cargados algunos de brillantes dobles sentidos, con acerado humor negro (epítome su final), aportando mucha intriga y tensión, con un ritmo fluido, con mucha agilidad, en un crescendo dramático maravillosamente llevado, siendo muy acelerado en el tramo final de la persecución por Estambul a ‘Cicerón’.

Moyzisch era un agregado militar nazi durante 1944 y participó en la aventura de espionaje cuando el misterioso Diello (James Mason) se le acercó y se convirtió en su contacto, un ciudadano británico naturalizado nacido en Albania que es ayuda de cámara del embajador inglés en la Turquía neutral durante la Segunda Guerra Mundial. Diello planea obtener dinero vendiendo los archivos secretos de los nazis que fotografía mientras trabajaba para Sir Frederic (Hampden) en la embajada británica en Ankara. Antes de trabajar en la embajada, Diello era el ayuda de cámara del esposo de la condesa Anna Staviska (Danielle Darrieux), y ella lo despidió después de la muerte de su esposo polaco titulado porque nunca se sintió cómoda con él. Siendo el clímax del film una información crucial sobre el Dia-D, el saber donde desembarcaran los aliados

Ankara en este tiempo es retratada de modo tenso, donde su neutralidad puede dejar de serlo, en este escenario es ideal para el trasiego de información entre ambos bandos vía espías que se ofrecen para darla. Esto reflejado ya en el inicio (tras el prólogo en el parlamento británico en Londres, donde un parlamentario pregunta sobre la reciente publicación de un libro en que se relatan impactantes experiencias de un antiguo miembro del servicio de la embajada británica en Turquía en relación con la venta de secretos a los nazis, para pasar al flash-back que será el film), con una fiesta donde se dan cita varias diplomacias de países, entre ellas las de Alemania y Japón, teniendo que dejar de tocar el piano a Wagner para no molestar (este era el compositor preferido de Hitler). Tras lo que en medio del sarao una condesa polaca venida a menos (se lo han requisado todo los nazis en su país, teniendo que huir del mismo) se ofrece al embajador germano von Papen para hacer de espía y sacarle información sobre la guerra a los ingleses, una charla avispada, con dardos entre una y otro, para acabar con la negativa del diplomático. Tras ello aparece el protagonista Diello estableciendo la relación comercial con los teutones, ello expuesto con incisiva flema. En la tangente queda la relación del protagonista con la condesa (inventada por los guionistas, no existió en realidad), que aporta el tema de como este criado pretende ascender y no solo con ganancias pingües, también emparejándose con una aristócrata, quiere lo que ha visto toda la vida, no solo el lujo de la plata, quiere ser uno más de la nobleza, dejando claro el tema del arribismo social, la grieta de clases. Un romance con tintes de cine negro, ella una femme fatale, y el un ‘gangster’ que trafica con microfilms, una relación cargada de ambigüedad.

La estrella absoluta es un homérico James Mason dando vida a este nihilista gentleman, un tipo sin ideales políticos, no le importa la guerra más que para sacar créditos monetarios, un ambicioso arribista que no duda en vender lo que tiene a mano para obtener el botín necesario para escalar socialmente hasta la cima. Tipo con una retórica y labia finísima, nunc ase pone nervioso, siempre sabe ir por delante de sus perseguidores, siempre con una sonrisa pícara, pero tiene la debilidad de estar prendado de la condesa, a la que intenta seducir con sus encantos y con dinero... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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