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Voto de TOM REGAN:
7
6,3
85
Drama
Centrada en el cambio de siglo, la historia sigue a un poeta polaco de Cracovia que decide casarse con una chica campesina. A la boda acude un grupo heterogéneo de personas que representan todos los estratos de la sociedad polaca, que bailan, se emborrachan y lamentan los 100 años que Polonia estuvo dividida entre Rusia, Prusia y Austria. (FILMAFFINITY)
5 de mayo de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
66/13(24/04/19) Sugestivo drama polaco realizado por el cineasta representativo del país báltico, Andrzej Wajda, en una adaptación homónima de una obra del mismo título escrita por Stanisław Wyspiański en 1901, Wajda también dirigió "Wesele" para el teatro. La boda literaria se creó sobre la base de un evento auténtico, fue la boda del poeta Lucjan Rydel (el novio) con la campesino Jadwiga Mikołajczykówna (Novia) el 20 de noviembre de 1900 en la Basílica de Santa María en Cracovia y la recepción de su boda en el pueblo de Bronowice, también inspirado en parte también por la pintura modernista de Jacek Malczewski y Maksymilian Gierymski, los personajes presentados en la versión literaria y cinematográfica de la obra están basados en personas existentes, por ejemplo, Włodzimierz Tetmajer personificó a la Anfitriona, Kazimierz Przerwa-Tetmajer - Poeta, Rudolf Starzewski - Periodista, Antonina Domańska - Radczynia y Józef Singer – Rachel, también algunos de los héroes simbólicos del drama se derivan de figuras auténticas de la historia de Polonia, personajes principales son representantes de los intelectuales y campesinos que están en al chalet de Bronowice para celebrar la boda, los invitados reflexionan sobre la historia de la sociedad polaca y sus perspectivas para el futuro.. Esta es obra definitoria del drama polaco escrita a finales del siglo XX, describe los peligros del impulso nacional hacia la autodeterminación después de los levantamientos polacos de noviembre de 1830 y enero de 1863, resultado de las Particiones de Polonia. También se refiere a la masacre gallega (región centroeuropea entre Polonia y Ucrania) de 1846. La trama se desarrolla en la boda de un miembro de la intelectualidad de Cracovia (por Daniel Olbrychski), y su novia campesina (por Ewa Ziętek). A principios de la década de 1960, Andrzej Wajda le contó a Stanisław Janicki (escritor y guionista) sobre sus planes para filmar La boda. Emprendió el primer intento de enfrentar el drama de Wyspiański en el Teatro Stary de Cracovia en 1963. Sin embargo, la realización de la boda en el escenario no fue satisfactoria para el director, y además la actuación fue aclamada por la crítica. Volvió a esta idea solo en 1970, presentando su idea a la audiencia de Wawel Evenings. El director tenía la intención de actualizar la obra para filmarla. Antes de que Wajda empezara a trabajar en Wesel, a principios de 1972 fundó "X" Film Ensemble. La implementación de la adaptación del drama estuvo precedida por una discusión sobre si tiene sentido crear una película que solo sería comprensible en Polonia. La atmósfera de incertidumbre se tradujo en un cambio de concepto durante las imágenes. Inicialmente, Wajda intentó enfrentarse a la obra moviendo la película de la casa de campo de Bronowice y colocándola en Cracovia y sus alrededores. Después de cuatro semanas de tomar fotografías al aire libre, el director decidió, sin embargo, que el efecto del trabajo privó a la adaptación de la tensión dramática. Por lo tanto, la mayor parte del material grabado al aire libre no se usó, y dentro de la película solo había una secuencia preliminar, la escena del pasaje de la comitiva de debajo de la iglesia a Bronowice, y finalmente la escena de insurrección fallida.
La cinta para el que no está familiarizado con la historia de Polonia (entre los que me cuento) de finales de SXIX y principios del SXX, puede resultar confusa en sus alegorías, ya visualmente expuesto desde su inicio el jolgorio del de la ceremonia en la Iglesia de Santa María en Cracovia, salen fuera y la fiesta se entrelaza a una imagen de unos soldados austriacos que hay junto a ellos. Y es que Polonia en ese tiempo no existía como nación independiente, era una amalgama de territorios ocupados en disputa entre diferentes Imperios, como el de Rusia, Prusia o el austro-húngaro.
Durante el grueso de la celebración en la cabaña rural de Bronowice se juntan diferentes estratos sociales, en una sutil lucha de clases, comenzando por la propia de los anfitriones novios, él un poeta y ella una campesina. Hay un periodista nihilista descreído que desprecia a la clase baja, no la cree capaz de entender el panorama convulso geosocial del momento, ello en medio de una baile alegre cuasi-continuo, durante el cual se suceden diálogos sobre la situación política, donde la clase intelectual choca con la rural. También hay tiempo para mostrar el antisemitismo enraizado en la sociedad polaca con el patriarca judío Czepiec (Franciszek Pieczka) que acude al convite con su hija Rachel, y el patriarca habla del pogrom de los hebreos y el sacerdote se ríe como algo gracioso. Esta bacanal festiva conforme avanza la noche y se acerca el amanecer la resaca general se traduce en visiones místicas de leyendas nacionalistas, como Wernyhora (Artur Mlodnicki), personaje legendario del SXVIII, un bardo cosaco que auguró la caída de Polonia y su posterior renacimiento y florecimiento, donde hacia el último tramo encarga una misión al joven campesino Jasiek (Marek Perepeczko). Entonces el delirio visual se da la mano con las metáforas históricas, yendo a parar este símbolo del pueblo llano, al cruce donde se haya en disputa los tres Imperio (Ruso, Austriaco y Prusiano), terminando en un clímax apocalíptico de cuasi-Juicio final, donde Wernyhor intenta exhortar al epítome del pueblo polaco que son los invitados a la Boda para se rebelen, siendo lo que ocurre a continuación la visión que el escritor Stanisław Wyspiański tenía de su adormecida y acomodada nación, y que quizás Wajda proyectaba sobre la Polonia del momento, bajo la dictadura comunista y siendo un satélite manipulado desde la URSS.
La cinta para el que no está familiarizado con la historia de Polonia (entre los que me cuento) de finales de SXIX y principios del SXX, puede resultar confusa en sus alegorías, ya visualmente expuesto desde su inicio el jolgorio del de la ceremonia en la Iglesia de Santa María en Cracovia, salen fuera y la fiesta se entrelaza a una imagen de unos soldados austriacos que hay junto a ellos. Y es que Polonia en ese tiempo no existía como nación independiente, era una amalgama de territorios ocupados en disputa entre diferentes Imperios, como el de Rusia, Prusia o el austro-húngaro.
Durante el grueso de la celebración en la cabaña rural de Bronowice se juntan diferentes estratos sociales, en una sutil lucha de clases, comenzando por la propia de los anfitriones novios, él un poeta y ella una campesina. Hay un periodista nihilista descreído que desprecia a la clase baja, no la cree capaz de entender el panorama convulso geosocial del momento, ello en medio de una baile alegre cuasi-continuo, durante el cual se suceden diálogos sobre la situación política, donde la clase intelectual choca con la rural. También hay tiempo para mostrar el antisemitismo enraizado en la sociedad polaca con el patriarca judío Czepiec (Franciszek Pieczka) que acude al convite con su hija Rachel, y el patriarca habla del pogrom de los hebreos y el sacerdote se ríe como algo gracioso. Esta bacanal festiva conforme avanza la noche y se acerca el amanecer la resaca general se traduce en visiones místicas de leyendas nacionalistas, como Wernyhora (Artur Mlodnicki), personaje legendario del SXVIII, un bardo cosaco que auguró la caída de Polonia y su posterior renacimiento y florecimiento, donde hacia el último tramo encarga una misión al joven campesino Jasiek (Marek Perepeczko). Entonces el delirio visual se da la mano con las metáforas históricas, yendo a parar este símbolo del pueblo llano, al cruce donde se haya en disputa los tres Imperio (Ruso, Austriaco y Prusiano), terminando en un clímax apocalíptico de cuasi-Juicio final, donde Wernyhor intenta exhortar al epítome del pueblo polaco que son los invitados a la Boda para se rebelen, siendo lo que ocurre a continuación la visión que el escritor Stanisław Wyspiański tenía de su adormecida y acomodada nación, y que quizás Wajda proyectaba sobre la Polonia del momento, bajo la dictadura comunista y siendo un satélite manipulado desde la URSS.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Wajda escapa a la procedencia teatral del material con un dinamismo electrizante, con una cámara en mano juguetona, recreando gracias al notable diseño de producción de Tadeusz Wybult (“Los caballeros teutónicos” o “Madre Juana de los Ángeles”), que construyó una típica casa de campo rústica, manejando con pericia las masas de gente apretujadas y bailando; adornados los personajes por las folclóricas vestimentas creadas por Krystyna Zachwatowicz (“Las señoritas de Wilko” o “Samson”); todo esto en miscelánea con la excelente labor en la cinematografía de Witold Sobociński que se aprovechaba de que operarios fuera de cámara movían las paredes para hacerlas parecer pequeñas, combinado esto con un gran sentido cromático-vitalista, jugando sobre todo con el rojo y naranja, moviéndose la cámara con brillante fluidez entre los numerosos extras y actores; la música es de Stanislaw Radwan (“Katyn”), y Czeslaw Niemen (también el rol de Chochol, cantante en la celebración), emitiendo el entusiasmo inherente a la celebración y el lugar.
Daniel Olbrychski (actor fetiche de Wajda, conocido en su país como el James Dean polaco) encarna al novio, lo hace naturalidad, la propia de que el realizador le dio libertad para improvisar, y el actor la aprovecha de forma exquisita para transmitir emociones; Ewa Zietek como la novia está algo más en segundo plano, correcta; Franciszek Pieczka como el patriarca judío que lleva a su hija a la boda, resulta una actuación de mucho carácter y carisma; Maja Komorowska como Rachel (con vestido negro y peluca pelirroja),da un sentido perfil a su melancólico rol.
Spoiler:
Las diferencias entre el drama y la película: Comparada con el drama original, la película fue condensada. Wyspiański sugirió una convención de "cuna", según la cual la boda se llevó a cabo en una sala común adyacente e invisible. En la versión Wajda, toda la fiesta de boda se lleva a cabo en una sala de baile llena de gente, en la que bailes, conversaciones y monólogos de personajes internos se llevaron a cabo en paralelo. Además, mientras que los dos primeros actos del arte de Wyspiański distinguen claramente entre una convención realista y simbólica, ambas convenciones se superponen en la película de Wajda.
En el final Wernyhor intenta exhortar al epítome del pueblo polaco que son los invitados a la Boda para se rebelen contra los ocupantes e invasores extranjeros, y la respuesta es que todos comienzan a bailar alrededor de Chochol, terminado con el canto del propio Chochol.
Me queda un film al que resulta complicado entrar por que al tratar algo tan de allí, Polonia, sin unas premisas no sabemos bien de qué hablan, teniendo que llevar la lección aprendida de casa, pero si entras en su lirismo y sus personajes te gustará. Fuerza y honor!!!
Daniel Olbrychski (actor fetiche de Wajda, conocido en su país como el James Dean polaco) encarna al novio, lo hace naturalidad, la propia de que el realizador le dio libertad para improvisar, y el actor la aprovecha de forma exquisita para transmitir emociones; Ewa Zietek como la novia está algo más en segundo plano, correcta; Franciszek Pieczka como el patriarca judío que lleva a su hija a la boda, resulta una actuación de mucho carácter y carisma; Maja Komorowska como Rachel (con vestido negro y peluca pelirroja),da un sentido perfil a su melancólico rol.
Spoiler:
Las diferencias entre el drama y la película: Comparada con el drama original, la película fue condensada. Wyspiański sugirió una convención de "cuna", según la cual la boda se llevó a cabo en una sala común adyacente e invisible. En la versión Wajda, toda la fiesta de boda se lleva a cabo en una sala de baile llena de gente, en la que bailes, conversaciones y monólogos de personajes internos se llevaron a cabo en paralelo. Además, mientras que los dos primeros actos del arte de Wyspiański distinguen claramente entre una convención realista y simbólica, ambas convenciones se superponen en la película de Wajda.
En el final Wernyhor intenta exhortar al epítome del pueblo polaco que son los invitados a la Boda para se rebelen contra los ocupantes e invasores extranjeros, y la respuesta es que todos comienzan a bailar alrededor de Chochol, terminado con el canto del propio Chochol.
Me queda un film al que resulta complicado entrar por que al tratar algo tan de allí, Polonia, sin unas premisas no sabemos bien de qué hablan, teniendo que llevar la lección aprendida de casa, pero si entras en su lirismo y sus personajes te gustará. Fuerza y honor!!!