Esto no sólo es una crítica al cortometraje en cuestión, más bien es una crítica a la técnica con la que se elaboran estas películas: el stop motion, no entiendo por qué en México se hacen tanto, prefiero la animación 2D tradicional. El argumento de la película es simple, un niño ha muerto y su padre sufre. El personaje principal, inspirado en el primer actor Ignacio López Tarso, me parece está muy bien trabajado, se siente su tristeza en su rostro. La ambientación me parece muy buena, sin embargo, el stop motion, tal como ha sido empleado en este cortometraje, limita las expresiones faciales de los personajes, y hace que se noten los personajes de un aspecto tétrico y plastificado. El cortometraje sólo muestra una parte del panorama del duelo, faltó desarrollar más la historia, aunque hubiese durado uno o dos minutos más. La música es clásica de películas mexicanas donde hay entierros en comunidades rurales. No me gustó.