Madre mía. Una cosa es que las segundas partes nunca fueran buenas, pero esto excede todos los límites que podáis imaginar. Simplemente ésta secuela no es más que una absurda película que lo único que pretende es recaudar el dinero del telespectador. Si la primera entrega es una cinta impactante, complicada, obsesiva, sorprendente y con una enorme actuación por parte de Christian Bale en esta lo único que hay es un absurdo y estúpido guión, malas actuaciones, banda sonora incomprensible que empeora los momentos "álgidos" de la película. Como de la noche al día. La trama es completamente increíble, llena de incoherencias que no se sostienen por ningún lado en plan: " ¡¡Venga por favor¡¡¿Estáis hablando en serio?". En definitiva, más que una película de miedo o intriga me pareció una comedia barata. Desde luego una de las peores películas que he visto.