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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
1
Aventuras. Acción Bretaña, año 117 de nuestra era. Tras un ataque de la guerrilla local que ha diezmado la legión, un grupo de soldados romanos lucha por salvar la vida. Pertenecen a la IX legión, la más legendaria por su valor. La misión de los supervivientes, liderados por Quintus Dias (Michael Fassbender), es resistir hasta llegar a la frontera, antes de que las hordas de la feroz y vengativa Etain (Olga Kurylenko) acabe con todos ellos. (FILMAFFINITY) [+]
22 de enero de 2011
61 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había terminado el año en una excelente forma cinéfila gracias a la potable -por fin- selección para la próxima edición de los Oscars y de golpe y porrazo me sobreviene un Bodrio. O en caso de "Centurión": un bodrión.

Un bodrión es un poco como una obra maestra, una rara perla (o una rara caca en este caso) que surge muy de tanto en tanto entre cientos y cientos de películas, con ese lustre especial de las cosas únicas. El bodrión no es un bodrio al uso. Ni siquiera es una película de Uwe Boll. El bodrión es un bodrio totalmente inconsciente de su naturaleza de bodrio. Suele tener un reparto más o menos decente, las localizaciones están bien, la dirección no es horrible y se han currado incluso algo de guión. El bodrión es una alineación de los planetas, un suceso que sólo se produce una vez cada mil años. Y Neil Marshall puede lucir con orgullo el título de Creador. ¿Creador de qué? No lo sé, pero mola.

Todo en "Centurión" es profundamente ridículo: las batallas gores con brazos, piernas e intestinos saltando por ahí, la top model supervillana supermalvada supersalvaje, que les rastreen a través de montañas nevadas y que no sean capaces de encontrarlos cuando los tienen debajo de los pies, las frasazas que me voy a poner de firma en el messenger ("SU CORAZÓN ES UNA VASIJA VACÍA QUE NECESITA LLENAR CON SANGRE ROMANA") ...pero quiero destacar unas secuencias magníficas sin cuya presencia "Centurión" no habría alcanzado el estatus especial del que goza: llegan los soldados a una cabaña en el bosque -qué poco típico- y se encuentran un bruja, por supuesto joven, guapa y rubia con una cicatriz que ni se la hubiese cosido Balenciaga, es un poco más favorecedora y me corto la cara yo para tenerla igual.

Pasan tres días NADA MÁS en la cabaña. Y al tercer día ¡el prota y la bruja ya se han enamorado forever and ever!.

Llegado a este punto, el espectador que no esté conmovido hasta las lágrimas, no es humano.
Neathara
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