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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
8
Musical La Federación de Baile es una poderosa organización que no quiere que ninguno de sus miembros haga las cosas por su cuenta. Esta Federación tiene sus propias normas, entre las que estipula lo que se puede y lo que no se puede hacer en las salas de baile profesionales. Scott Hastings es un bailarín con mucho talento. Liz es su pareja de baile. Ambos se entienden a la perfección, y tienen muchas posibilidades de ganar el Gran Premio Pan ... [+]
7 de abril de 2010
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imaginad por un momento que John Waters y Pedro Almodóvar procreasen un engendro artístico alimentado desde la más tierna infancia por una nutritiva dieta de videoclips de los ochenta, musicales technicolor y telefilmes de autosuperación horteras. Y que ese engendro fuese director de cine. Estaríais muy cerca de toparos con la definición de Baz Luhrmann.

"Strictly Ballroom" (estúpidamente traducida como "El amor está en el aire") fue la primera señal de que un huracán se estaba formando en las antípodas. Y en mi opinión, resulta la película más lograda del autor de "Moulin Rouge". Una orgía de bailes de salón que utiliza los tópicos más abyectos como virtudes cómicas, integrando de forma única comedia, romance, musical y autoparodia. Y al contrario que en "Moulin Rouge", banquete pantagruélico en el que Luhrmann ofrece doble ración de todos sus platos, "Strictly Ballroom" es un menú degustación en el que lo kitsch y lo épico se degluten en las cantidades justas para disfrutar sin empachar.

No son pocas las delicias a degustar: la gran dirección de actores, los apuntes de humor trash a lo Braindead -la familia española de Fran, con el bailarín Antonio Vargas en cabeza, es delirante- y las magníficas escenografías en las que vestuario, peluquería y coreografía se integran en un formidable espectáculo, una de esas películas que según están terminando ya dan ganas de rebobinar para volver a ver de nuevo.

Es una pena que con semejantes inicios, la trayectoria de este director haya ido de más a menos. Cabe preguntarse si no hubiese sido mejor limitarle presupuesto, alejarle de las estrellonas, devolverle a Australia (que no a "Australia") y dejar que recupere toda esa pasión e imaginación que le convirtió en una de las sorpresas más gratificantes del cine de los noventa.
Neathara
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