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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
9
Drama. Intriga Los doce miembros de un jurado deben juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. Todos menos uno están convencidos de la culpabilidad del acusado. El que disiente intenta con sus razonamientos introducir en el debate una duda razonable que haga recapacitar a sus compañeros para que cambien el sentido de su voto. (FILMAFFINITY)
16 de mayo de 2008
65 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca hay que fiarse de alguien que afirme que no duda. Puede que la duda corroa, que asegure noches sin descanso, que carcoma el corazón de quien la padece. Pero un hombre que duda, es un hombre justo.
Y la duda, en "Doce hombres sin piedad", es la única herramienta de la que dispone el hombre justo para hacer justicia. No hay mejor arma que un intelecto bien armado y el saludable deseo de cuestionarse todo lo que nos rodea. El jurado del que forma parte Henry Fonda, el hombre dubitativo, es una representación viviente del otro extremo del espectro: nadie duda del veredicto que se va a pronunciar, ya sea por hartazgo, desidia, radicalismo, experiencia o ingenuidad.
Ver como Fonda va desmontando, pacientemente, el muro de certezas ajeno, va más allá de la obra maestra cinematográfica: es una lección de humanidad y de humanismo que trasciende la pantalla y llega hasta nosotros con la misma vigencia que tenía allá por los años cincuenta.

Nos hace creer que la justicia es posible más allá de la evidencia y que toda evidencia es cuestionable si existe el suficiente ímpetu e inteligencia para ponerla en tela de juicio.

Nos hace creer en la salvación.

Nos hace creer que si hay una madre para la justicia, es la duda.
Neathara
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