Infumable drama familiar con toques de fantasía en el que un niño descubre a un ángel en el garaje de su nueva casa, dos cosas a destacar:

- El niño es un chaval de desafortunado físico a lo Freddie Highmore, es decir deudor de una repulsiva estructura físico-facial del tipo amurcielagado, el desagradable criajo, clásico ejemplo del niño que jamás eligirías viendo un book de adopciones, es el típico actor infantil al que alguien hizo la putada de escoger porque le pareció mono e inocente, cuando sus visicitudes morfológicas a las claras indican todo lo contrario o sea que el renacuajo es más bien de la piel del diablo. Y además hay pocas cosas que resulten más monstruosas en el cine que ver a un niño interpretando a un niño según la manera en que los adultos poco inteligentes piensan que debería ser un niño.

- El ángel es Tim Roth. Tim Roth, para quien no le conozca, es un señor con una cara de psycho que flipas en colores. Su interpretación aquí quedaría de puta madre si fuese una película sobre la juventud de Ed Gein o Hannibal Lecter. Yo soy Freddie Highmore II y quemo el garaje según le vea asomar el jeto. Sólo por si las moscas.

La cosa va de sorpresones:

- Pareja con niño tiene un bebé pocho. Niño encuentra ángel en el garaje. El ángel da mazo miedo, no sólo porque es Tim Roth, sino porque, con todo desprecio hacia su impoluta condición angelical, lleva un guardapolvos de serial killer asquerosísimo amén de unas inquietantes alas medio podridas. Contra todo pronóstico, el celestial homeless es poseedor de una serie de angelicales poderes.

Por si alguien todavía no lo pilla, repito la sincronía: bebé moribundo - familia en crisis - poderes angélicos. Lo que estáis pensando, sí, es lo mismo que se le ocurrió al guionista.

Babas.