Una película romántica con un punto de partida interesantísimo: el protagonista padece una extraña enfermedad que provoca que viaje en el tiempo cuando menos se lo espera. Cuando viaja en el tiempo, la ropa que lleva no viaja con él, lo cual ofrece la inestimable ventaja de verle mucho el culo a Eric Bana, actor del que no se puede decir precisamente que no esté en forma.

Por demás, se trata de una historia muy tierna, con unos protagonistas encantadores (Rachel McAdams va camino de convertirse en próxima reina del género rosa) y esa subtrama entre fantástica y trágica que sirve de necesario contrapunto para el derroche de amorrrrr que inunda la pantalla cuando nuestra pareja se arrejunta.

Personalmente, el libro me gustó sin entusiasmarme: la historia valía la pena, pero le faltaba emotividad. La película también me gustó sin entusiasmarse: le sobra emotividad, aunque la historia también vale la pena.

No es una obra maestra y si no te va mucho el drama romántico, no vas a descubrir la cuadratura del cículo -o del corazón- pero teniendo en cuenta lo maltratado que está el género en los últimos años, los que disfruten de este tipo de películas tienen una pequeña e interesante cita en el tiempo con "The time traveler's wife".

P.D.: La traducción del título al español es un crimen.