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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
5
Drama. Thriller Ambientada en el siglo XVI, narra la macabra leyenda de la Condesa Bathory, quien asesinó a centenares de muchachas para beber su sangre y poder conservar intacta su belleza y juventud. (FILMAFFINITY)
28 de octubre de 2009
43 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
La respuesta es obvia. A "La condesa" le falta sangre.

Y no me refiero a la escasez de escenas truculentas, que también se echan en falta. Me refiero a que Delpy, que no dudo que se haya empollado a Penrose de cabo a rabo antes de embarcarse en este complejo proyecto, se ha dejado las entrañas y el corazón en casa, marcándose un drama tan aséptico, frío y diáfano que cuesta relacionar esto que nos relata con lo que se esperaba de la que prometía ser la película definitiva sobre la infame vampiresa húngara. El enfoque además, es totalmente erróneo, porque la directora se entrega a la tentación de explicar y justificar, cuando no hay nada que justificar. Poco a poco, la película va cayendo y decepciona: Delpy no recoge ninguno de los hilos reflexivos o históricos que podría haber devanado y se conforma con una visión más bien lejana, casi analítica, que denota que en ningún momento se ha hecho esfuerzo alguno por acercarse a la psique oscura del personaje.

Y no faltaba material para incitar a la perturbación: ¿acaso somos tan lejanos de la obsesión de la Báthory? ¿No nos arrancamos pedazos de nuestros cuerpos, estiramos nuestras pieles, implantamos materiales extraños dentro de nuestras carnes, cosemos cabellos a nuestra cabeza o nos rellenamos la cara con venenos naturales para conservar la juventud eterna? ¿Y si nos dijeran que matando a una persona seríamos bellos y jóvenes para siempre? ¿Que bañándonos en sangre humana no lograríamos una piel tersa, unos músculos turgentes y una belleza luminosa?. ¿Hasta qué punto podría convertirse la Báthory en una especie de retrospectiva deformante y demente de la sociedad futura?

Pero no hay imaginación, ni implicación y ni siquiera grandes interpretaciones para tan intensos y negros personajes. Delpy no es más que una caricatura de altivez y maldad, no ha captado la esencia de la dama sangrienta, ni la relación entre su actitud de "puedo hacer lo que me da la gana" y esa intocabilidad que impidió que una prominente señora de la nobleza húngara fuera ajusticiada por unas barbaridades que no conocen parangón en la historia del crimen.

Ni tampoco se tira por el otro lado, la supuesta conspiración de otros nobles para quitarla de enmedio mediante falsas acusaciones de asesinato y brujería, por lo que la sosez predominante del conjunto y la absoluta falta de hemoglobina tampoco tienen justificación en un cambio de sesgo histórico.

Ha sido una triste decepción tras una larga espera que no ha merecido en absoluto la pena: hay documentales que tienen mucho más de película que esta ¿película?.
Neathara
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