Claro caso de película que busca a toda costa crear una atmósfera constante y palpitante de misterio palpitante y demoniaco (con alguna concesión al susto del tren de la bruja, pero bueno). Como el director a veces lo consigue y a veces no, el resultado es un filme un tanto lento, inquietante en líneas general, pero incapaz de conseguir un efecto global de amenaza como se conseguía, con idéntico drama y lentitud, en "Al final de la escalera" (por poner un ejemplo). Dos aciertos que no dejan indiferente: las inquietantes películas de Super 8 que son el verdadero hallazgo y lo más entusiasmante para los aficionados a las rarezas dark ambient: parte de la banda sonora es el 'Sacrifice' de Aghast, esa dupla de brujas noruegas que grabaron un disco de sonidos del bosque con invocaciones que ponen más los pelos de punta que todas las caras de susto de Ethan Hawke y allegados.

Requiere paciencia para enfrentarse a ella y muchas de sus bazas están demasiado vistas (y no particularmente bien hechas) si bien nos regala un tramo final tan coherente como deliciosamente perturbador.