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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
7
Romance. Drama Don es un vendedor de casas que en su tiempo libre presta servicio voluntario en el Teléfono de la Esperanza. A Ann, que trabaja en una tienda de artículos de fotografía y vídeos, su novio le ha dicho que ya no la quiere y que desea cortar la relación. Para intentar recuperarlo, ella graba una cinta de vídeo donde le cuenta cosas que nunca le dijo. Las vidas de Don y de Ann, al cruzarse, experimentan cambios fundamentales. (FILMAFFINITY) [+]
7 de febrero de 2009
79 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una obviedad, pero se sabe que las cosas que nunca decimos suelen ser más importantes. Por eso, cuando alguien se va o se apaga en nuestras vidas, lo primero en qué pensamos es en las palabras que deberíamos haberles dicho mientras tuvimos la oportunidad. Cosas que a veces parecen estúpidas pero que para nosotros fueron esenciales y que parecen tan fáciles cuando las piensas y se atascan en la garganta cuando tratas de expresarlas.

Aquí, tú, yo o cualquiera somos Lili Taylor, una criatura a la deriva después de una ruptura amorosa. Ni siquiera llegamos a ver al novio prófugo, porque a Coixet no le interesa la persona, sino lo que representa, el punto de partida que proporciona. Al principio, ella se queda paralizada, llora, intenta suicidarse y de pronto, un día del tipo fútil, se topa con la idea que la devolverá al mundo sin que ella lo sepa: comprar una cámara de vídeo y grabarse diciendo todas las cosas que nunca le dijo a su pareja cuando estaban juntos.

Y lo curioso es que la mayoría son chorradas, chistes malos, comentarios sobre gente a la que conocían, autocompasión, ironía, arrebatos de rabia, pero hay que revolver en la maraña para encontrarse con lo que en realidad se está queriendo decir: que es, más o menos, un "me arrepiento de no haberte demostrado de todas las maneras posibles que te quería para que te quedases conmigo".

Lo más bonito de esta historia es que no es peliculera. Ann, la protagonista, sufre un montón, pero también conoce gente de todo tipo, vuelve a reírse, vuelve a disfrutar de las cosas, comparte penas con otros naúfragos y deja abierta la puerta para volver a enamorarse y nos demuestra que a pesar de los momentos jodidos, es la vida la que se abre paso hacia nosotros aunque a veces nosotros no queramos abrirnos paso hacia la vida.

Esta pequeñita película, la mejor de Coixet por ser la más sencilla, es la única de las suyas que nos creemos porque es sincera. Además nos da la oportunidad de resarcirnos por todo aquello que no dijimos. No es un gran consuelo, quizás, pero ayuda.
Neathara
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