Terminando de ver “The Leather Boys” (1964) de Sidney J. Furie con Rita Tushingham, Colin Campbell, Dudley Sutton, Gladys Henson, Avice Landone, Lockwood West, Betty Marsden, Martin Matthews, Johnny Briggs, entre otros.
Drama británico de temática gay, basado en la novela “The Leather Boys” (1961) de Gillian Freeman sobre un “Romeo y Romeo en los suburbios del sur de Londres”, pero también trata la subcultura de libertad y desapego del motero; donde un hombre casado, aburrido por la falta de atención de su esposa, comienza a salir con un amigo motero, y se da cuenta tardíamente que es gay; y entre líneas tenemos la máxima que dice que “las personas con las que nos vinculamos, no son las personas que creemos que realmente son”
Esta es una película fascinante que muestra cuán rápido se despertaba la década de 1960 en 1964; filmada en blanco y negro, es una mirada realista a las relaciones entre una pareja de recién casados, y entre 2 amigos, y es interesante de ver porque captura las normas de la sociedad en esos días, de ahí su significado histórico; pero sobre todo es notable como un ejemplo temprano de una película que violó El Código de Producción de Hollywood, así como una película importante en el género “queer”, por lo que se considera innovador debido a sus temas homosexuales latentes, y un ejemplo perfecto del “drama del fregadero de la cocina”, que es un estilo de realismo social, que representaba las situaciones domésticas de los británicos de la clase trabajadora que vivían en alojamientos reducidos/alquilados, y pasaban sus horas libres bebiendo en bares sucios para explorar cuestiones sociales y políticas controvertidas.
Por todo ello, el filme se consideró atrevido en 1964, en especial porque se refería a la homosexualidad.
Además, el filme contiene escenas muy naturalistas y lugares de época como el Ace Cafe, un antiguo café de transporte ubicado en el área de Stonebridge en el noroeste de Londres, que es histórico y notable en la cultura de la motocicleta; pero el fuerte de la propuesta es mostrar un personaje gay comprensivo; sin embargo, el filme tiene algunas fallas:
El final… no sabemos qué pasó con el personaje principal… y a decir verdad, la homosexualidad nunca se revela… pero ya sabemos que por lo general, no podría haber finales felices para los homosexuales en 1964; al tiempo que la película es aburrida y tediosa pasada la hora, y se pone interesante cuando los 2 hombres se van a vivir juntos.
Del reparto, Colin Campbell es realmente hermoso, la fruta prohibida y objeto de deseo, y es muy adecuado para el papel de un joven confundido, que se esfuerza pero no está preparado para ser un adulto; además, su bonita presencia juvenil es esencial para el tema de la represión sexual que precipita todas las tragedias y frustraciones.
La Tushingham es increíblemente irritante, y cualquiera entendería su repelencia, incluso su nuevo amante; finalmente Sutton, revela mucho sin tener que hablar, aunque se le nota la pluma, tal vez no en 1964…
Un dato curioso es que los 2 actores principales, Colin Campbell y Dudley Sutton, murieron en 2018 con solo 6 meses de diferencia.
La teoría es que Sutton es un “escort motero” de intercambio para homosexuales maduros y pretendió escapar de esa vida junto a Campbell.
Hoy, el personaje de Campbell probablemente habría aceptado a Sutton como su amigo gay, dejando en claro que no quería ese tipo de relación… pero salir corriendo con horror del bar y de Sutton, no sucedería hoy.
En cualquier caso, la escena final presumiblemente lo llevará corriendo a los brazos de La Tushingham que lo espera en heterosexualidad segura y aceptada.
Ciertamente hemos recorrido un largo camino desde “The Leather Boys” que hoy queda como una mirada a un período de tiempo que probablemente ya no existe, y una buena oportunidad para replantear ser quiénes somos, y amar a quienes queremos amar.
En el fondo, el filme trata de lo que es ser un extraño en más de un sentido, de un hombre tratando de lidiar con su vida, descubriendo lo que quiere.
“¡Juventud inquieta en un triángulo extraño!”
RECOMENDADA.
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