Una verdadera joya poética sobre la resistencia del hombre a través de los árbores, del ser humano a través de si mismo, de sus vidas, pasiones y fracasos en el medio del desierto, en el medio de la vida, en el medio de la nada. Son árboles manejados por el viento en un desierto cualquiera, son seres que merecen toda la ternura posible, como los árboles que resisten la llegada del viento.
Nos cuenta una humilde historia en Mongolia pero relamente podría ser en cualquier lugar del mundo y en vez de ser arenas serían duros tramos de asfalto, de soledad, de desesperanza, donde alguien planta un árbol como simbolo de lucha, de batalla, de resistencia.
Para mi esta película es una ventana abierta a otros ritmos, a otros cantos, a otras miradas, a otros paisajes, pero al mismo tiempo es una película cercana y propia para alguien que vive en una pequeña aldea rodeada de montañas.
Esas imágenes de los tres protagonistas plantando árboles en el medio de la nada, esa imagen de la mujer caminando desnuda por el amanecer son verdaderos cuadros dibujados con las pinturas de la derrota comun, estupendas poesias escritas con la tinta de la dignidad.
Pues eso, seguid plantando árboles en vuestro propio desierto, como única batalla posible con un final plenamente mágico.

Anxo