A medio camino entre la comedia romántica y el drama, esta película nos muestra a una serie de personajes lastrados por el pasado y en busca de un futuro, siendo quizá éste su mayor acierto. Sin llegar a abusar demasiado de los recursos habituales en las películas de uno y otro tipo, la cinta se apoya en la química entre su pareja protagonista (especialmente en el magnetismo del personaje de Juliette Lewis), en la magnífica interpretación de Sutherland, en los paisajes helados y en unas pequeñas dosis de humor sabiamente insertadas para evitar que la historia se vuelva demasiado trascendente.

El resultado, una película que se deja ver con agrado y que nos permite asomarnos a la la vida de tres personajes en un momento crucial de sus vidas. No es necesario exigirle más.