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España España · West Coast
Voto de Dabi:
8
Thriller. Drama Antoine y Olga son una pareja francesa que se instaló hace tiempo en una aldea del interior de Galicia. Allí llevan una vida tranquila, aunque su convivencia con los lugareños no es tan idílica como desearían. Un conflicto con sus vecinos, los hermanos Anta, hará que la tensión crezca en la aldea hasta alcanzar un punto de no retorno.
25 de septiembre de 2022
321 de 370 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodrigo Sorogoyen es un cineasta madrileño que irrumpió en el panorama cinematográfico español en 2013 (hace casi diez años ya, madre mía, cómo pasa el tiempo) con la modesta pero solvente Stockholm y cuyo perfil estalló definitivamente un par de años después con Solo Dios perdona. Desde entonces, y gracias a sucesivos trabajos de considerable éxito, se ha convertido en uno de los directores jóvenes más prometedores de España. Por este motivo, su nuevo largometraje, As bestas, se convirtió en una de las cintas más esperadas en el festival de San Sebastián (lo que me costó conseguir una entrada, me cago en mi vida) tras cosechar muy buenas críticas en varios preestrenos. Yo, una vez vista, me alegro mucho de decir que la espera ha merecido la pena. As bestas es un pepino de película.

A estas alturas podemos echar la vista atrás y encontrar rasgos comunes en el universo de Sorogoyen. Está claro que se siente más cómodo en el thriller que en ningún otro género, ya que es ahí donde mejor lucen todas sus virtudes como cineasta. Se pueden apreciar, además, temáticas comunes en su filmografía. Es evidente que a Sorogoyen le interesa mucho el concepto de justicia, o más bien, cómo reacciona un individuo cuando lo que él entiende por justicia entra en conflicto con el orden establecido. También parece muy proclive a explorar la naturaleza violenta del ser humano (es claro deudor de Haneke en este aspecto) y, por encima de todo, su instinto de supervivencia en un entorno hostil. Todos estos elementos conforman el núcleo temático de As bestas.

Sorogoyen (y bueno, su compañera profesional Isabel Peña, que ha co-guionizado todas las películas del madrileño desde Stockholm) es plenamente consciente de las convenciones del género, lo que le permite jugar con ellas. A veces cumple con las expectativas, a veces las subvierte, lo que crea en el espectador una sensación de incertidumbre. Entiende cómo funcionan los tempos de la intriga. Su trabajo de cámara es impecable. Sabe cuándo pausar el movimiento y cuándo inyectar vigor y adrenalina. Construye la tensión con paciencia, a ritmo de diálogos punzantes cargados de pasivo-agresividad. Los tres planos más largos son tres conversaciones. En las dos primeras, llenas de tirantez y de nervio acechando bajo la superficie, la cámara se queda prácticamente clavada. En la tercera, entre madre e hija, mucho más explosiva y más visceral, la cámara da tumbos por la habitación, las sigue y las enfoca como si fuera un partido de tenis. El lenguaje cinematográfico acompaña y complementa a la emoción de la escena. Los tambores de ultratumba de la banda sonora, aunque a veces llamen más la atención de lo que deberían, se emplean con bastante eficacia.

As bestas vuelve a demostrar, por si todo esto fuera poco, que Sorogoyen es un excelente director de actores. Diego Anido, Marina Foïs y Denis Menochet están fantásticos. Mérito extra el los dos últimos, que tienen que defender escenas bastante exigentes en una lengua que no es la suya. Pero el indudable MVP de la cinta es, por supuesto, Luis Zahera. Decir que su interpretación es magnífica es quedarse corto. Zahera aborda cada escena con la actitud desafiante y territorial de un toro a punto de embestir, con un poderío que intimida y fascina a partes iguales. No es que sea la mejor actuación de la película, es que es una de las mejores actuaciones del año, punto. Si no le dan el Goya a mejor actor de reparto me parecerá incomprensible.

En definitiva, a mí As bestas me parece cine con mayúsculas y una de las películas del año. La dirección, el guion y las interpretaciones son de muy alto nivel. Es tensa y densa, su desarrollo de personajes es estupendo y te hace entender a ambas partes del conflicto (la conversación en la taberna, que tanto me lleva a la Hunger de Steve McQueen, es para enmarcar). Sé que a muchos no les gustará su tercer acto, pero a mí, aunque me parezca lo más flojo de la película, me sigue resultando lo suficientemente robusto y creo que ni por asomo descarrila todo lo construido durante la primera hora y media. Por mi parte, es una súper recomendación y una prueba más de que Sorogoyen es de lo mejorcito que tenemos trabajando ahora mismo en España.

Calificación: Imprescindible
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Dabi
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