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España España · Calafell
Voto de kakihara:
8
Ciencia ficción. Comedia. Drama Falso documental que sigue el día a día de Daisato, un hombre aparentemente ordinario, divorciado y con una hija a la que apenas ve, cuya vida discurre tranquila hasta que las autoridades se ven obligadas a llamarle. Porque Daisato es Dainipponjin, un superhéroe dedicado a salvar a su país de la invasión de los monstruos que histórica y cinematográficamente han amenazado con su destrucción. Pero la gente parece haberse cansado de él. ... [+]
8 de septiembre de 2010
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es esta una película que tarda en adquirir la condición de film de culto lo que tarda en prepararse un bol de ramen instantáneo. Y es que la sensación durante el visionado de esta perla es la de encontrarse ante la “película japonesa definitiva”. ¿Y por qué? Pues porque contiene el auténtico espíritu del cine japonés contemporáneo, desde el cine Kaiju-Eiga a pleno color derivado de las secuelas de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki (Godzillas y compañía), pasando por las más evasivas Ultraman y sucedáneos, hasta llegar a esa década de los 90, donde la búsqueda de la innovación en el cine japonés pareció no tener límites (nuevos esquemas narrativos, nuevas estéticas, mezcla saturada y desenfadada de géneros, etc).

Y Big Man Japan es fiel a todo esto, utilizando el itinerario del falso documental con una lenta cadencia (que no aburrida) que queda alternada con espectaculares y jodidamente ingeniosas escenas de moderno Kaiju-Eiga digitalizado. El contraste que crea la combinación de las entrevistas a nuestro héroe, el “gran” Daisato, repletas de humor absurdo e intimistas en el sentido más cachondo del término, con las breves pero intensas riñas contra los monstruos gigantes hacen de esta película algo muy grande. Y se crece más aun cuando empezamos a ver un trasfondo nacionalista, donde se “engrandece” el espíritu del ciudadano japonés, más allá de sus múltiples defectos; soy freaky, pervertido, conservador, militarista y sumiso, pero soy japonés; y estoy orgulloso de serlo.

Los diseños de esas aberraciones gigantes son descacharrantes; un muñeco “Michelin” con un inútil brazo cerrado o una especie de rata-pollo con un único ojo extensible en lugar de testículos son algunos de los ejemplos que nos recuerdan a aquella maravillosa época de los 32 bits en la que aparecieron en plataformas como la Sega Saturn juegos tan originales como Fighters Megamix (con el Sr. Pepsi o los virtua Fighters cabezones como emblemas). Y no en vano en la primera secuencia de acción de este film podemos ver a nuestro héroe pasar por entre unos edificios que dejan entrever las gigantescas letras de SEGA.

Poco caso a aquellos usuarios que hablan de una cinta soporífera; y mucha atención a ese desenlace inolvidable que acaba de escribirse sobre mi retina con letras de gomaespuma.

Solo los japoneses consiguieron programar los mejores y más originales videojuegos de la historia; y solo ellos han sido capaces de hacer una película como Dai-Nipponjin.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
kakihara
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