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España España · Calafell
Voto de kakihara:
9
Drama. Romance Francisco Galván de Montemayor, un hombre adinerado de apariencia tranquila, conservador, religioso y virgen, como cada Jueves Santo asiste a la ceremonia del mandatum, el lavatorio de pies que el sacerdote efectúa con singular delectación. Al ver los sensuales pies de una joven sentada en primera fila se queda prendado de su serena belleza. Francisco logra averiguar que la mujer de sus sueños se llama Gloria y va a contraer matrimonio ... [+]
20 de mayo de 2012
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decimocuarta película de Buñuel (y la octava, dentro de su etapa mejicana) que representa una de las obras más personales e intransferibles de su larga trayectoria. La película narra con precisión de cirujano el proceso de autodestrucción de un hombre que vive atrapado por la paranoia provocada por los celos. Interpretado por Arturo de Córdova seguramente en la mejor interpretación de su carrera, el personaje protagonista de Francisco Galván retiene parte de las características que definían a Buñuel, como el propio director reconoció en más de una ocasión. Galván, hombre obsesivo y tremendamente celoso, posesivo, fetichista de las piernas de las mujeres y obsesionado con la idea de que todos y todas lo respeten como a alguien importante, queda absolutamente prendado de la imagen de Gloria (interpretada por Delia Garcés). Su insistencia y perseverancia logran unirlos, trastocando por el camino la boda de Gloria con otro hombre. Gloria se convierte en una mujer sin libertad, encerrada en la mansión de Francisco, y éste se adentra poco a poco en su propio abismo, malinterpretando cualquier acción o mirada de su esposa, convirtiendo su matrimonio en una relación convulsa y tumultuosa, hasta el extremo de encerrarla con llave, prohibirle ver a su madre o incluso intentar asesinarla para luchar contra esos celos que lo corroen por dentro.

La película consigue profundizar en la psique de este hombre de forma sorprendente (y no en vano, tal y como recordara el de Calanda, fue proyectada en círculos médicos como orientación para tratar casos de paranoia). Todos los detalles están cuidados en ella, especialmente aquellos que aluden a la parte que de real tiene el personaje de Don Galván; su forma de caminar, muy propia de Buñuel, su carácter caballeroso y honor inmancillable, e incluso anécdotas que le sucedieron al propio Buñuel cuando era un adolescente y que recuerda en sus memorias (ahí queda ese magnífico momento en que Francisco, en la habitación del hotel, decide pasar una larga aguja por la mirilla de la puerta, sospechando que el antiguo amigo de Gloria les está espiando).

Como elementos negativos (si es que los hay), cabe apuntar el código en el que actúan algunos actores, especialmente el de la actriz Delia Garcés, cuya intervención adolece de una teatralidad excesivamente marcada. Pero la película consigue por méritos propios colarse entre las 10 mejores películas mejicanas de todos los tiempos y presumir de tener secuencias como la del campanario, en la que posteriormente se fijaría el mismísimo Hitchcock para su escena final de “Vértigo”.

“Él” es sin duda una película imperecedera que sobrevivirá el paso del tiempo como la película que mejor representa la personalidad única e irrepetible de Luís Buñuel.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
kakihara
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