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Voto de Destripador:
3
6,3
5.664
Animación. Fantástico. Aventuras. Infantil. Comedia
Esta es la historia de Haru, una joven cuya suerte cambiará cuando un día, al volver del instituto, salva a un gato de ser atropellado por un camión. Pero no es un gato común, es Lune, el Príncipe del Reino de los Gatos. En recompensa por su acción, Haru es invitada a pasar un tiempo en el reino de Lune. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2011
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película de Ghibli con gatos... "pues suena bien", piensas, "aunque no la dirja Hayao Miyazaki, y aunque tenga ese dibujo tan soso". Y no empieza mal, tampoco. Pero llegados a cierto punto, la película pierde totalmente el rumbo, alejándose de la animación japonesa tradicional y de la genialidad propia del estudio Ghibli para sumergirse de lleno en la animación corriente, del montón. Persecuciones absurdas, historia plana, desenlace predecible. Es infantiloide (no, no es infantil como lo puede ser Totoro, es infantil de las que pasan sin pena ni gloria, de las que les pones a los críos un domingo por la tarde para que se callen y te tragas con ellos pensando "Diox, que tostón") absurda, sin chicha. La idea inicial no es mala, pero está totalmente desaprovechada. Los personajes, salvanto quizá al gato gordo y al rey gato estrábico, son flojos y hasta caen mal.
Tiene ese punto raruno de Ghibli, pero te deja una sensación de película mal hecha, sin ganas. Vamos, te deja un regusto a chapucilla. No cuenta nada, apenas entretiene. Dejan caer un mensaje-moraleja demasiado masticado y hasta metido con calzador hacia el final, y poco más que decir de ella. Salvo quizás...
Tiene ese punto raruno de Ghibli, pero te deja una sensación de película mal hecha, sin ganas. Vamos, te deja un regusto a chapucilla. No cuenta nada, apenas entretiene. Dejan caer un mensaje-moraleja demasiado masticado y hasta metido con calzador hacia el final, y poco más que decir de ella. Salvo quizás...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo mejor de toda la película: el diálogo final pseudo-zoofílico entre el Barón de Muchenhkaunakacafansen Von Gatusen y la protagonista adolescente histérica metepatas. Viene a ser algo así:
Haru: ¡Barón!
Gato a rayas: ¿MMMmmhhh?
Haru: Creo que... me he enamorado de tí.
Gato a rayas: Ah, ehhhmm... la sincerdad con la que te expresas está de puta madre. Me tengo que ir.
Y el gato pega una pirueta espectacular y desaparece, dejando a la pobre Haru sonriendo embobada, compuesta y sin gato. La escena es aterradora.
Al día siguiente, la chavala se levanta y de repente ha madurado diez años tras su periplo felino lisérgico por el país de Nunca Jamás Veas Películas Así Hasta El Final. La amiga del alma le habla de novietes, pero a Haru le da exactamente igual, por que ahora le gustan los gatos. Pasa de los chicos.
Pues muy bien. Quedaos con la moraleja, niños.
Haru: ¡Barón!
Gato a rayas: ¿MMMmmhhh?
Haru: Creo que... me he enamorado de tí.
Gato a rayas: Ah, ehhhmm... la sincerdad con la que te expresas está de puta madre. Me tengo que ir.
Y el gato pega una pirueta espectacular y desaparece, dejando a la pobre Haru sonriendo embobada, compuesta y sin gato. La escena es aterradora.
Al día siguiente, la chavala se levanta y de repente ha madurado diez años tras su periplo felino lisérgico por el país de Nunca Jamás Veas Películas Así Hasta El Final. La amiga del alma le habla de novietes, pero a Haru le da exactamente igual, por que ahora le gustan los gatos. Pasa de los chicos.
Pues muy bien. Quedaos con la moraleja, niños.