Ahora entiendo lo que debe sentir un asesor matrimonial cuando se enfrenta a los problemas de una pareja. Seguramente una mezcla entre curiosidad y sopor. Curiosidad porque son temas que nos afectan a todos y dan en el clavo (la soledad, el sexo, el miedo al fracaso, el amor etc...) además del morbillo que despierta ver a una pareja tirandose los trastos a la cabeza (y si son suecos y pequeñoburgueses mas) y sopor porque una sesión de dos horas y pico escuchando problemas de pareja, reproches y confesiones varias puede llegar a ser agotadora.

La consulta de mr. Bergman es desnuda y fría, con un foco que apunta directamente a la cara de los personajes (esos continuos primeros planos) y el se encarga de desnudarlos con precisión de cirujano y capa a capa, hasta dejarlos completamente desnudos, con la boca seca, los ojos hinchados por las lagrimas y el corazón y el alma palpitando.

Bergman plantea todas las preguntas y no responde ninguna (eso corre de nuestra cuenta).