Nunca un tren llegó tan puntual como este que llega cuando el sol se encuentra en lo más alto.

Nunca un tren llegó tan puntual para desvelarnos la verdadera naturaleza de las almas de todo un pueblo.

Están los que esconden sus miserias en una iglesia, los que tratan de esconder su cobardía en una cantina y la ahogan en una botella y los que disfrazan su cobardía con excusas baratas.

Y a pleno sol sólo queda quien asume sus responsabilidades y cumple con sus obligaciones sin quejarse, quien no esta dispuesto a esconderse ni huir, se coloca sus pistolas, se cala su sombrero y se enfrenta con su miedo hasta sudarlo gota a gota.