Esta película no tiene críticas. Haré una. Desde luego es prescindible, no aporta nada. Si he de salvar algo, el paisaje donde se ubica toda la trama y las interpretaciones, hacen posible mi aguante. Quería ver a William Holden, pero casi ni aparece. El actor que interpreta a Martin, Alberto de Mendoza está más que correcto, mucho más plausible que Cornelia Sharpe, a la que no me creo.
Quizás, la escena clave es la del principio, esa posible violación por parte de tres jóvenes individuos. Mi gran sorpresa es cuando yendo a cazar, los tres amigos a su cabaña del lago (cerca de la frontera con Canadá), interceptan a una pareja que ya vieron a la salida de un motel. Ves que ya no hay casualidad en sus actos, que ya han hecho algo parecido anteriormente, pues empujar el coche de esa pareja a un lago como si eso fuera lo más normal, entiendes, que sus mentes son enfermas, que ya no es sólo una broma, como podrías haber deducido. Esos personajes están mal de la cabeza, no se habla mucho sus antecedentes. Uno de ellos nombra la guerra de Vietnam, pero están casados, con hijos. Ya al comienzo del viaje, uno de ellos dice que menos mal que salían a cazar, que las visitas de familia le aburren demasiado.