Como no he leído a Mihura, no puedo hacer comparaciones, es lógico. Pero puedo discernir si es interesante esta obra, y ésta lo es. Debo decir, que aunque, la primera parte me parece bastante claustrofóbica en ese piso de la calle Hortaleza, oscuro, demasiado cargado de adornos, triste y con dos hermanas mayores bastante empalagosas con una extraña visita (visita pagada por la huésped); el resto me la veo com mucho más gusto. La dueña del piso es una de las hermanas y que no ha salido casi nada de la casa. La otra hermana ha venido hace un tiempo a vivir con ella y el hijo para que éste encuentre algo de felicidad con alguna mujer que conozca. El hijo (Jaime Blanch) es un personaje muy introvertido, demasiado tímido, eso sí, bastante educado. La chica que invita al piso este personaje, es Charo López, que reconozco, que está a la altura, es creíble su interpretación. Tanto la madre como la tía intentan agradar tanto a la chica, la tratan con tanto cariño y dulzura que ésta no tiene una reacción de agradecimiento, más bien se siente desconfiada, sorprendida que pueda haber gente tan buena en esta sociedad dura y a la que ella está acostumbrada por su forma de vida. Coincide en la visita con el médico de cabecera de la familia y éste le reafirma lo que a ella le cuesta tanto creer. Entonces se suceden unos diálogos, personajes nuevos y yo ya, estoy metido de lleno en esta historia sencilla y creíble en cierto punto.

También es de resaltar las actuaciones de Fedra Lorente e Isabel Luque. A mí me ha gustado pero le pongo un merecido 6.