Interesante, absurda, llamativa, intrigante, previsible, ingeniosa, inteligente, explosiva y plausible producción de acción de los años 80, que consigue esquivar lo dramático y apostar por un entretenimiento desenfadado.

Algunos adolescentes estadounidenses son secuestrados por unos terroristas, mientras están de vacaciones por América central, lo que dará paso a una frenética lucha por la supervivencia.

Mantiene el interés suscitado inicialmente, ofreciendo un entretenimiento con el que disfrutar y dejarse llevar por la osadía y descaro de sus protagonistas.

Producción de corte televisivo, en la que hay espacio para la intriga y los enfrentamientos armados, con espacio para el humor en momentos de tensión.

Por su temática, estética, osadía y por la presencia de algunos intérpretes habituales del género de acción y terror, como: Jason Miller y Tim Robbins, me atrevo a confirmar que Quentin Tarantino, pudo llegar a disfrutar en algún momento de su juventud de Jóvenes comandos.

Jóvenes comandos, queda como un inteligente y pasajero entretenimiento de acción.