Sencillo, directo, dinámico, pasajero, previsible, irregular, aparatoso, mediocre y entrañable spaghetti western, en el que hay espacio para todo tipo de engaños y reyertas por la ocupación de un terreno heredado por una mujer y su hermano.

Alfonso Balcázar, consigue ofrecer un relato de intrigas territoriales fácil de seguir, potenciando el suspense y el interés progresivamente, confeccionando una trama de espionaje que sin intentar ser perfecta, deja buenas sensaciones.

La descripción de los personajes, sus motivaciones, pensamientos y codicias, quedan plasmados a la perfección desde un principio y el tono desenfadado, consigue que el interés por la resolución de las intrigas, no pierda interés.

Pistoleros de Arizona, queda como un desenfadado y entrañable western de serie B, con una sencilla y previsible trama de disputas, con la que poder disfrutar de los tradicionales enfrentamientos armados.