Aprovechando un concurso de imitadores de Elvis en un casino, un grupo de hombres disfrazados del rey del rock darán el golpe de sus vidas.
Llamativa idea inicial, que se convierte a medida que avanza la trama en una tediosa y disparatada feria de acción y comedia, que no resulta atractiva ni convincente.
Absurdo guión plagado de irregularidades y licencias gratuitas para encadenar secuencias de acción con diálogos vacíos, que dicen mucho en contra del reparto estelar que decidió participar en semejante bodrio sin pies ni cabeza.
El prestigio de todo el reparto en el que se incluye Kevin Costner, Kurt Rusell y Courteney Cox, se va a pique con una historia endeble e incomprensible, que se hunde en un profundo vacío de mediocridad.
Aburre hasta la saciedad y el único interés que suscita, es averiguar cuando concluirá semejante aberración argumental, sin duda, sus creadores son los reyes del crimen.