Los mejores jugadores de cartas se reúnen con la intención de desbancar al rey del póquer, interpretado por Edward G. Robinson, entre los participantes se encuentra un prometedor joven encarnado por Steve Mcqueen.
Juega con el suspense de una forma inteligente y genera momentos de verdadero magnetismo y atracción alrededor del mundo del póquer, apoyándose en las interpretaciones de un reparto estelar.
Destaca el carisma que aporta Steve Mcqueen a su personaje, un jugador empedernido al que las deudas le acechan y que presenta un manejo indiscutible en el arte del juego, que se enfrenta a la figura por excelencia del mundo del póquer y de la interpretación, el gran Edward G. Robinson.
Las secuencias en las que aparecen las dos estrellas de la función, presentan una batalla colosal sobre el mantel del juego, llena de argucias y jugadas maestras.
En cada jugada, queda patente el estado de ánimo de los jugadores, sus gestos y su personalidad, plasmando el juego psicológico que se oculta tras las cartas.
Un reflejo de la lucha y el afán de conquistar las metas de uno mismo, que debe enfrentarse a sus rivales y a sus propios fantasmas.