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España España · Barcelona
Voto de Miguel G:
10
Drama Vivian Bearing (Emma Thompson) es una prestigiosa profesora universitaria que imparte un curso de poesía anglosajona. Un día, le diagnostican un cáncer terminal y descubre que le queda poco tiempo de vida. A partir de ese momento, el amor y la compasión adquieren para ella un nuevo y dramático sentido. (FILMAFFINITY)
19 de septiembre de 2007
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
HBO nos sorprende de vez en cuando con obras de intenso carácter cinematográfico rodadas para la televisión. Mike Nichols, que también encabezó el titánico cuento homosexual "Ángeles en América", dirige con maestría el texto teatral de Margaret Edson para la pequeña pantalla con la ayuda de una Emma Thompson en estado de gracia.

El texto de la genial película de Nichols rebosa valentía y arrolladores planteamientos. Un tema delicado y puntiagudo como el cáncer y la dolorosa procesión patética hacia la muerte se estrella en nuestras narices como un sutil poema de verdades y vejaciones, el martirio inhumano de una mujer que se aferra salvajemente a su poderoso intelecto para hacer frente a su propia tragedia. A diferencia de gran parte del melodrama norteamericano, "Wit" no (de)cae en el victimismo de su protagonista ni en dosis ridículas de dolor, llantos ni de gratuitas escenas exageradamente musicalizadas. No. "Wit" es una historia demasiado sincera e importante como para humillarse y venderse con semejantes tonterías. El enorme respeto, tanto intelectual como emocional, con el que se ahonda en el martirio de esta lúcida e implacable profesora doctorada de universidad resulta un cáliz de agua fresca y pura en una industria que ya ha perdido hace tiempo su auto respeto.

Más allá de sus ingeniosos planteamientos sobre la muerte y la vida, la película narra esa verdad que se esconde detrás de la muerte, del patético marchitamiento de nuestro cuerpo caduco, de esa metáfora preciosa de John Donne y su coma final: la simplicidad del cambio, la ligereza del último suspiro y el retorno a lo que en realidad somos, una chispa que se gesta con sencillez, que se corrompe con los años y que termina de eclosionar para redimirse y volver a esa simplicidad inicial, quizás, para iluminar otra vez.

“Wit” se mantiene con asombrosa inteligencia en la fina línea del humor que roza la provocación. Otro elemento narrativo y humano para darle más importancia y significado a los temas tratados sin, a su vez, darle pompa ni burda suntuosidad. Más allá de sus metafísicos planteamientos, que son muchos (y terriblemente acertados), en la película se nos ofrece al mismo tiempo una crítica feroz a la deshumanización de los tratamientos clínicos y a la experimentación silenciosa con cobayas humanas. El cuadro de la mujer atada de manos y martirizada con flechas por todo el cuerpo que podemos ver en la habitación de nuestra protagonista es un símbolo brutal de esta tortura física y mental.

Con cada vómito, con cada decepción, dolor y desgarro, Vivian Bearing, para su grandísima sorpresa, es cada vez más inteligente. Y es que es verdad, para crecer y alcanzar mayor conciencia de las cosas, hay que sufrir, y cuanto más te acercas a la muerte más sabiduría posees. Y si, al final, acabas besándote con ella, tu conciencia ya es desmesurada, pero es una pena, porque no la disfrutarás más que unos instantes. Es triste, pero hermoso.
Miguel G
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