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Andorra Andorra · Andorra la Vella
Voto de directorscut:
10
Drama Tom Joad (Henry Fonda) regresa a su hogar tras cumplir condena en prisión, pero la ilusión de volver a ver a los suyos se transforma en frustración al ver cómo los expulsan de sus tierras. Para escapar al hambre y a la pobreza, la familia no tiene más remedio que emprender un larguísimo viaje lleno de penalidades con la esperanza de encontrar una oportunidad en California, la tierra prometida. (FILMAFFINITY)
30 de noviembre de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya lo demostró con “Qué Verde era mi Valle”, y ahora, John Ford se reivindica mostrando que pese a su innegable talento y maestría en los westerns, era un genio ante los melodramas. Esta película interpretada por Henry Fonda, puede llevarse fácilmente el título de ser el mejor film que retrata la depresión estadounidense de los años treinta. Pero Ford no tiene la más mínima intención de mostrarnos cómo se ocasionó, sino el modo que conlleva vivirlo. El realizador nos presenta a una familia numerosa y precariamente pobre que debe sobrevivir a esa cruel situación que les ha tocado vivir.

Durante su metraje, somos testigos de todas sus vivencias y de todos los retos y desafíos que deben afrontar para poder sobrevivir en un mundo egoísta. Como ya hiciera en “Qué Verde era mi Valle”, Ford trata de ganarse al público con la incorporación de unos valores humanos universales, como son la ayuda y la cooperación entre todos. No únicamente entre la familia, sino entre todos los desafortunados que se encontrarán en sus conmovedoras y miserables desventuras. Es un film conmovedor y a la vez cruel, nos muestra un nivel de crudeza y de dureza considerables que se denotan en aquellas personas que se aprovechan de los demás. Monstruos que solo piensan en sí mismos y que inculcan a las pobres familias falsas esperanzas.

Esta no es la Odisea de Homero, sino que es incluso más poderosa, y es que no hay mejor forma de definir todos los retos y desafíos que deberá vivir la familia entera. Se resaltan todo tipo de valores y sentimientos entre ellos, todos son vulnerables y están sentimentalmente desnudos y a merced de los poderosos. Las actuaciones de todo su reparto no tienen descripción alguna, y es que decir que son deslumbrantes es quedarse corto. Son fabulosas e irrepetibles, con una fuerza tan arrolladora y desgarradora que no dejan a nadie indiferente, es imposible no sentir empatía por ellos. Henry Fonda está sensacional pese a su juventud. Pero la protagonista de la función que se lleva con todos los méritos la palma es Jane Darwell, que interpreta a la madre de Fonda y de sus hermanos. Nunca veremos a un personaje en el cine tan comprometido y fuerte y con un corazón tan puro. Su trabajo es imborrable, inolvidable e imperecedero. Y solo por ella vale la pena dedicarle todo el tiempo a esta obra maestra.

Junto a las obras de Charles Chaplin, estamos ante una obra de un contenido humano y pedagógico tan puro que resultas inquebrantables. Sería injusto no ver el film, y no solo por John Ford o sus fantásticos actores, sino por nosotros mismos. Sus experiencias son todo un regalo para nuestras vidas, haciendo que la valoremos con mucha más intensidad y valor. John Ford, gracias por ofrecernos la que tal vez sea, tu mayor obra.
directorscut
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