Cuando vi el trailer, la película ya apuntaba maneras de ser muy atípica y especial. Cuando pude por fin ir a verla, vi que mi pronóstico había sido bastante acertado. La cinta sigue las desventuras de dos asesinos a sueldo (Colin Farrell y Brendan Gleeson) que tras un golpe fallido, su jefe (Ralph Fiennes) les manda tomarse unos días de vacaciones en una preciosa ciudad medieval llamada Brujas situada en Bélgica.

Mientras que el personaje de Gleeson se deleita con la ciudad y aprovecha para ir a hacer turismo, el personaje de Colin Farrell comienza a padecer una crisis existencial y ciertos remordimientos acerca de su trabajo y del estilo de vida que lleva. La situación dara un gran vuelco con la llamada del jefe.

La película tiene sus señas de identidad propias gracias a su guión, que resulta ser bastante original y bien escrito, bebiendo de la temática y del estilo de Quentin Tarantino y de Guy Ritchie. El resultado es una comedia negra con pequeñas dosis de thriller y de acción que a medida que avanza el metraje va dejando el lado más cómico de la cinta poniéndole muucho más enfasis al drama y a la violencia, aunque no demasiado explícita.

A parte de su gran guión y excelente fotografía, la película cuenta con unas grandes interpretaciones por parte de todo el elenco de actores. Brendan Gleeson está genial, como era de esperar, Colin Farrell realmente llega a sorprender demostrando que se está conviertiendo en un más que solvente interprete, y para rematar, tenemos al excepcional Ralph Fiennes cuya aparición en el último tramo de la cinta es abismal, tal y como era de esperar. Estamos ante una película muy fresca y original que está destinada a ser la mayor sorpresa cinemátografica del año 2008. No se la pierdan.