Sí hay algo que se echa de menos en el cine es la originalidad, aspecto cada vez menos frecuentes en todas las propuestas que nos proporciona el cine. Por suerte, existen excepciones como la película que nos ocupa, todo un derroche de originalidad, frescura y belleza.

Estamos, sin duda, ante una de las mejores películas del 2009 por muchos de sus atributos, y no únicamente eso, sino que resulta ser un film bastante difícil de clasificar debido a todo el plantel de géneros que presenta.

Dejando de lado el aspecto terrorífico, aspecto que cumple de forma más que notable gracias a sus vistosas e impactantes escenas, la cinta trata temas como el maltrato escolar, la amistad, el valor y el amor. Todo de forma muy natural, embriagadora y conmovedora, con numerosas escenas donde podremos llegar a soltar más de una lágrima.

No cabe la menor duda de que estamos ante un film que marcará un antes y un después gracias al modo en como retrata el género de terror, con una nutrida selección de imágenes que nos provocará más de un sobresalto, pese a que su nivel de violencia no es excesiva, algo que, a mí gusto, es algo de agradecer.

Estamos ante una película que va más allá del terror, estamos ante un cuento de hadas y de monstruos con una trama que acaba siendo toda una tragedia griega, retratando temas muy conmovedores y que fácilmente nos podemos sentir identificados, ya sea por el acoso escolar, la amistad o nuestro primer amor adolescente. Toda una proeza visual y una belleza implacable en su contenido. Imprescindible.