La llegada de los años 70 supuso un fuerte cambio en el cine. Siempre veíamos la belleza de las calles, del glamour de la gente, etc. Pero con los setenta, surgió un nuevo género iniciado con “French Connection” “Cowboy de Medianoche” y, cómo no, “Harry el Sucio”. Surgía un cine que mostraba el lado más oscuro del cine, donde no todo era belleza, mostrando personajes de moralidad dudosa, barrios marginales… aparecía la figura del antihéroe. “Harry el Sucio” es una de las mejores muestras de ese nuevo tipo de cine.

La labor de Don Siegel no deja de ser un thriller bastante simplón, pero con enfoque totalmente nuevo, mostrando un personaje desagradable, un hombre rudo que durante su vida en el mundo policial le ha ido marcando, curtiéndolo como un hombre duro, sin apenas sentimientos, solitario y de métodos de lo más bruscos.

Se nota el pulso de Siegel en el film, se denota su estilo desarraigado, con toques un tanto exagerados y grotescos. Una gran parte del mérito de que el film funcione es Clint Eastwood, sin duda, le da su toque personal al personaje de Harry el Sucio, un hombre rudo, seco y directo. De pocas palabras pero sabiamente escogidas. Y es que si otro hubiera llegado a interpretar el personaje, el film no hubiera sido el mismo. Es muy elogiable la actuación de su antagonista, interpretado por Andy Robinson, le da un toque de lo más alocado, muy parecido al trabajo de Malcolm McDowell en “La Naranja Mecánica”, realmente crea un personaje tenebroso, maquiavélico. Es de hecho con su personaje donde surgen algunos de los momentos más interesantes del film, como la secuencia del autobús.

No estamos ni mucho menos ante una grandiosa película, ni siquiera Siegel desprende todo su talento. Todo se queda en un simplón thriller de acción. Pero supuso un cambio muy revolucionario en la industria del cine, junto con los films anteriormente mencionados. Comienza a surgir un aire más decadente en la industria del cine, con la aparición de la figura del antihéroe, personajes oscuros e inmorales, calles y barrios marginales y la aparición de un nivel de violencia más explícita. Hay que remarcar que este tipo de género proseguiría durante toda la década hasta que George Lucas apareció con su “Star Wars”. El cine adopta una nueva actitud mucho más oscura y tenebrosa, ya no se decantan por las historias coloristas, ahora se emplean historias tenebrosas, dramáticas y decadentes, mostrando lados de las ciudades más conocidas de los EUA nada reconocibles, con una atmosfera más angustiosa.