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España España · Móstoles
Voto de lyncheano:
10
Intriga. Drama Georges es el típico burgués: presenta un programa literario en televisión y lleva una vida acomodada con su mujer y su hijo adolescente. Pero, de repente, empieza a recibir unos paquetes anónimos que contienen cintas de vídeo, grabadas desde la calle, y unos dibujos inquietantes cuyo significado es un misterio. No sabe quién se los envía; pero las secuencias que aparecen en las cintas son cada vez más personales, lo que parece indicar ... [+]
22 de junio de 2009
48 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente la película más inteligente que haya visto nunca. Es difícil explicarlo, pero podríamos decir que el cine de Lynch (englobando en esta definición toda forma de hacer cine con ese particular halo mágico, críptico, con mayor significación íntima que significado explícito) es de una inteligencia complementaria al cine de Haneke. Lynch nos hace regurgitar sus productos para que podamos encontrar en ellos las claves que nos hagan comprender algo que no necesita ser explicado ni comprendido, pues lo que importa realmente es la angustia, magia y surrealidad que experimentamos al hacerlo; mientras que Haneke, por su parte, se limita a exponer una situación a partir de la cual sucederán una serie de acontecimientos que nos querrán dar a entender algo que jamás se nos contará. Es por tanto un romántico, un artista de los que no quedan, que apuesta y confía ciegamente en la inteligencia de su público, posiblemente porque sabe que sólo podrá llegar a cierto sector minoritario que cumpla dichas expectativas. Su cine es descarnado, pero no por ser especialmente crudo en pantalla, sino por tener esa desconcertante cualidad de hacernos retorcer incómodamente en nuestras butacas mientras lo vemos, quedándosenos pegado al paladar una vez acabamos su visionado. Y aquí más que nunca, Haneke nos hace sentir culpables por ser lo que somos, por vivir en un estado de bienestar como son Francia, España, Austria, Alemania... y haber adquirido esa inquietante forma de vida basada en la monotonía y la falsa seguridad del cobijo familiar. No es ningún juez, sino un ojo clínico y de extremada frialdad que crea en nosotros la alarmante necesidad de ser juzgados. De hecho, nadie puede quedar indiferente ante tales ''acusaciones'', ni el mismísimo creador de esta obra. Haneke enfoca la clase media-alta francesa del siglo XXI como ejemplo generalizado cercano a su experiencia para que un espectador español como soy yo lo pueda extrapolar a su propia experiencia personal (al menos a su ámbito social) y así poder darse cuenta de que ese pacto de convivencia basado en la ocultación de información que es la familia, sólo puede funcionar de la dudosa forma en que de hecho suele funcionar. La familia típica europea que nos propone Haneke es por tanto una suerte de acuerdo en el que ambas partes han tenido que ocultar u omitir información para no confrontar continuamente y hacer que la rueda gire, no se basa tanto en la solidez del amor como en la confortabilidad de no tener que hacer preguntas, de saber que todo marcha mientras haya trabajo y estén ocupados, pues el tiempo en que tengan que coincidir lo rellenarán con asuntos banales que no podrán hacer ningún daño a la estabilidad que tan poco se menciona pero que tantos estragos puede causar si se tambalea y se acaba perdiendo. Y Haneke es experto en hacer tambalear cimientos familiares.
spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
lyncheano
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