Media votos
6,5
Votos
1.244
Críticas
44
Listas
2
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de lyncheano:
7
7,2
5.155
Intriga. Drama
Irlanda del Norte, a comienzos de los años ochenta, Paul Sullivan y Ingrid Jessner, dos abogados norteamericanos que luchan en favor de los derechos humanos, se encuentran en Belfast investigando cuál es el trato que reciben los presos del IRA. Cuando reciben una información comprometedora para el Gobierno Thatcher, Paul es asesinado y, además, desaparece una cinta con información altamente secreta. El inspector que se encarga del caso, ... [+]
6 de septiembre de 2007
53 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ken Loach no hace películas, sino que plasma retazos de realidad con todo lo que ello implica: polémica por los asuntos que trata, crudeza en su tratamiento, irresolución de los mismos, ausencia de finales felices así como de efectos o elementos artificiosos que pudieran desvirtuar su planteamiento, siempre preocupado por temas políticos y sociales que atañen la actualidad y la historia del pueblo británico, pecando casi siempre de didacta por ello. Aunque esta forma de hacer cine no sea mi predilecta, lo cierto es que cuando se hace con acierto y compromiso resulta ser de lo más interesante y paradójicamente cinematográfico que pueda haber. Con ''Agenda Oculta'', Loach vuelve a tratar el conflicto entre Irlanda del Norte y el Reino Unido, esta vez centrándose directamente en la banda terrorista IRA y en la oposición militar y política a la que estos se enfrentaban diariamente (no olvidemos que la película fue filmada en pleno conflicto, mucho antes del desarme de los terroristas). No obstante, el director no adopta una postura dócil, nada más lejos de la realidad, pues borra los límites entre lo que es terrorismo y lo que no lo es, legitimando en parte la base ideológica del IRA e insinuando que el verdadero terrorismo es el gubernamental (grupos militares que asesinan sin piedad, velando por los intereses de un gobierno corrupto cuya camarilla de partido se cree legitimada para decidir qué es lo que le conviene al país y qué no), así como la tergiversación informativa a la que es sometido el pueblo británico, que jamás podrá conocer toda la verdad sobre el conflicto, tan sólo lo que se les quiera contar desde las más altas cúpulas del poder. Y es aquí donde aparece el mayor dilema que plantea la cinta: una vez que se conoce el hecho de que no se les está contando toda la verdad, de que el terrorismo es un recurso que están utilizando ambos bandos, con la diferencia de que uno de esos bandos está basado en la legalidad del gobierno (que no legitimado por ello), ¿qué deben hacer entonces aquellos defensores de las libertades del pueblo y de la democracia? La cuestión es difícil, y Loach la resuelve con maestría: esto es, dejándola sin resolver, para que pensemos en ello, para que afrontemos nuestro papel en la decisión de qué rumbo tomar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Cuando un abogado americano que estaba investigando la existencia de una cinta (más tarde averiguaremos que declaraba contra la ilegitimidad del gobierno británico) es asesinado por las autoridades británicas, el hecho de asegurar que este opuso resistencia a las órdenes de los militares no bastará en esta ocasión, y se procederá a abrir una investigación liderada por el incorruptible abogado interpretado por Brian Cox, ayudado a su vez por la mujer del americano (Frances McDormand en un papel bastante apartado de su imagen como musa de los Coen). A lo largo del metraje advertimos la forma de ser y de actuar del abogado encargado del caso, su valor y su ímpetu a la hora de investigar todo ese turbio asunto, y cuando por fin logra destapar los oscuros mecanismos gubernamentales que provocaron el asesinato del americano y su posterior encubrimiento, descubre la verdad más inquietante y desoladora de todo aquello: no puede seguir adelante, no puede dar a conocer el resultado de sus pesquisas (tendrá que conformarse con los que apretaron el gatillo, no con las cabezas pensantes, que van desde altos puestos militares hasta el propio gabinete de la Tatcher) porque pone en juego su reputación, su seguridad y la de su familia. La mujer de la víctima intentará llegar más lejos, pero sin la ayuda del abogado se encuentra sola, sin opciones, con la impotencia y la rabia de quien lo ha perdido todo menos la dignidad, que es bien distinto a aquel que no ha perdido nada y pretende seguir así aunque para ello tenga que acabar vendiendo su honor y su moral como defensor de la democracia. Por todo esto, Loach nos hace preguntarnos qué sistema político es realmente la democracia en la que vivimos, hasta dónde llegaría uno defendiendo sus valores e ideales poniendo su vida en juego, dónde acaba el deber profesional y dónde empiezan nuestras obligaciones morales como personas de honor y defensores de la paz y la justicia. Y a todo esto, una frase final inolvidable pronunciada por McDormand y respondida por Cox con un gesto de desorientación, duda, confusión... pero también muestra de la irrevocabilidad de la decisión tomada: ''los malos aniquilan la democracia mientras los hombres buenos como usted no tienen el valor suficiente para hacerlos frente... así empieza el fascismo''.