Haz click aquí para copiar la URL
España España · Complutum
Voto de Pableras:
5
Acción. Bélico Guerras médicas (500-479 a.C.). El general griego Temistocles lucha por conseguir la unidad de las polis griegas. Él dirige las tropas griegas que se enfrentan con el ejército persa, liderado por Xerxes y Artemisa, para impedir la invasión del país. Spin-off de la película/cómic 300, basado en la novela gráfica "Xerxes", de Frank Miller. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2014
24 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Undécima Muestra SyFy de Cine Fantástico. El ambiente es, como siempre, inmejorable. El público vitorea anuncios con Nicolas Cage o fragmentos de 'Doctor Who', entregado como es menester. Entonces, comienza '300: El origen de un imperio' ('300: Rise of an Empire', Noam Murro, 2014), mezcla de precuela, spin off y secuela de la película de culto de Zack Snyder de 2006, de la cual este cronista, para ir poniendo sobre aviso al lector, no se considera en absoluto fan. La gente se divierte, grita y se ríe con momentos que, de puro exceso o puro ridículo, hacen las delicias de la platea. Eso sí, la recepción general ha sido tibia y, como era de esperar, no ha cumplido del todo las expectativas.

La primera sospecha ante '300: El origen de un imperio' surge al ver quién la dirige. Hablamos de Noam Murro, un total desconocido que debutó hace ni más ni menos que seis años con la también desconocida 'Gente inteligente' ('Smart People'). Como en otras ocasiones, parece que no se contrata a un artesano capaz de aportar un estilo propio sino más bien a un mercenario, alguien que siga sin rechistar ni ofrecer oposición artística una marca ya definida y que ha de ser respetada con asfixiante fidelidad (cual sitcom televisiva). Las sospechas quedan confirmadas: es pura repetición, sin sorpresas ni propinas. Nos cuenta qué desató la ira de Jerjes, qué ocurrió mientras los 300 batallaban y, finalmente, cómo se condujo la guerra tras la (aparente) derrota de estos. Y todo ello siguiendo las pautas marcadas por su predecesora, sin salirse un ápice de lo previsible, de la que podríamos denominar como “marca 300“.

Consciente de su estatus de culto se apoya en no pocas ocasiones en el guiño cómplice para agradar al fan pero hasta este puede recelar de la propuesta. No propone en última instancia nada nuevo y confirma los fallos de la cinta de Zack Snyder, atrapada en su propio artificio. Es muy probable que no entusiasme a cualquier fan y a buen seguro que no convertirá al pagano. No nace para hacer nuevos amigos sino para satisfacer o saciar al converso, objetivo que cumple sólo a medias.

El origen de un imperio presenta la misma propuesta visual, con impactantes imágenes y agotadores ralentís, aunque en esta ocasión sin tanta obcecación por ellos, lo cual permite una acción más ágil pero igualmente estéril y no del todo satisfactoria, un más de lo mismo al fin y al cabo poseedor, no obstante, de algunos de los highlights de la saga (el caballo o el barranco, insensateces que consiguen epatar al espectador sin remedio). Logra desterrar, eso sí, el componente ideológico y de distorsión del discurso moral que resultaba tan peligroso y discutible en el film de 2006. Por otro lado, se agradece la concisión del film y su ajustadísima duración, aunque no se libra de algunas elipsis un tanto abruptas y desconcertantes.

El auténtico talón de Aquiles de la cinta es la descompensación entre solemnidad y comicidad, la primera excesiva y a menudo forzada y la segunda, a ratos lograda pero más habitualmente involuntaria (la ridícula muerte de cierto personaje, no se sabe si hecha así aposta), nunca bien cohesionada con la propia película. Esa indefinición hiere a la película de gravedad. Otro problema radica en el aburrimiento que provocan partes lánguidas de transición y diálogo pobre, y finalmente todo ello conduce a cierta indiferencia por la suerte de los personajes, vaciados de carisma, meras figuras errantes que gritan mucho y emocionan poco en un metraje con escasos ramalazos eléctricos como sí tenía la original. Sólo destaca un poco Eva Green, quien aporta esa fuerza y esa garra que les falta a todos los demás, pero incluso ella parece no estar del todo inspirada, y Sullivan Stapleton hace echar de menos constantemente a Gerard Butler y su imponente Leónidas, quien dejó una huella imborrable en el género.

A muchos no les importará que les den gato por liebre con esta floja y obviamente inferior entrega de la saga basada en la afamada novela gráfica de Frank Miller ('Sin City'), calculada para su presumible éxito comercial (que no artístico) y ofrecer un producto maniatado en sus propias reglas estéticas y narrativas, prefabricado y sin apenas sorpresas al margen del disfrute epidérmico, palomitero y descerebrado, de usar y tirar, óptimo para reírse y celebrar entre colegas sus puntuales destellos de energía, diversión autoconsciente y épica bélica de sandalias y torsos depilados, con mucho cuerpo pero sin cerebro ni corazón, siempre caminando al filo del ridículo.

Ah, el 3D no aporta nada salvo alguna que otra identificativa salpicadura de sangre digital al respetable, siendo sólo otra fuente de beneficios para los de siempre. No gasten el dinero por gastar, no se dejen engañar.

http://www.asgeeks.es/movies/muestra-syfy-300-el-origen-de-un-imperio/
Pableras
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow