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Voto de Pableras:
7
5,4
75.956
Aventuras. Acción. Ciencia ficción
Año 1957, en plena guerra fría. Indiana Jones (Harrison Ford) consigue de milagro salir ileso de una explosiva situación con unos agentes soviéticos en un remoto desierto al que llegó detenido junto a su amigo Mac (Ray Winstone). El decano de la Universidad (Jim Broadbent) le confiesa a su amigo el profesor Jones que las últimas misiones de Indy han fracasado, y que está a punto de ser despedido. Mientras tanto, Indiana conoce a Mutt ... [+]
24 de mayo de 2008
59 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Señoras y señores, Indy ha vuelto. Ésto no quiere decir que los 80 (¿recuerdan? Ahí nació la mítica saga) hayan vuelto.
Es el SIGLO XXI, y el profesor vuelve más viejo y en la época del dominio digital. Pero, y ahí está lo bueno, todo eso no hace que el espíritu aventurero y el alma de la trilogía original se hayan esfumado. ¡No, por dios!
Spielberg ha logrado sublimar todo esa espectacularidad y centrarse en imprirle cariño a su nueva criatura. Y todo el espectador con dos dedos de frente se podrá dar cuenta de que cuando está viendo 'Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal' está viendo UNA DE INDIANA JONES.
El resto, indignados, saldrán lloriqueando de la sala y blasfemando contra Lucas&Spielberg... ¿La razón? Que las expectativas les carcomieron la puta cabeza, y claro, acabaron jodidos.
El listón estaba altísimo. La cuarta entrega no lo supera, y es cierto que tampoco es que lo roce exactamente, pero supone una diga secuela adaptada a nuestros tiempos sin olvidarse del espíritu que abrazó la serie. Y, por favor, ¿quieren echar un vistazo al grueso de películas aventureras y de acción que pueblan la cartelera? Joder, ojalá el 90% (o más incluso) fuera la mitad de buena que esta I. J. IV, ¡por favor!
Un poco de humildad. Y está hablando un tío que la vió el jueves, y salió frío, desangelado y que acabó posteriormente algo enojado. Y, también, está escribiendo el tipejo que la volvió a ver dos días después y que la disfrutó con la sonrisa en la cara (bajones durante la mitad y el final aparte).
Que sí, que la película tiene fallos: de primeras, quizá ha habido un exceso de ambiciones por parte de sus creadores para desembocar en una historia con no mucha enjundia; y es cierto que, puestos a realizar la historia más enrevesada y freak, algo menos de sobriedad y más ligereza habrían quedado la mar de bien. Y, en mi opinión, la música (salvo en momentos muy concretos) está algo desaprovechada. Sería una película más épica, sin duda.
Pero las virtudes acaban por ganar (sobradamente) la batalla a los contras, a saber: la media hora incial (con secuencias y momentos memorables, como ver la sombra de Indy en el coche -dios mío, me corro- o la pelea a lo 'Salvaje' en el bar -una escena paródica sencillamente genial-, pasando por el inmenso poderío visual del plano con el cielo en llamas por la explosión atómica -una de las imágenes más perdurables de la saga, unida a la excavación al atardecer de 'En busca...'-), los homenajes a los caídos en combate (la cara de Harrison Ford mirando la foto de su padre es todo un poema, pero en plan bien, muy melancólico) y toda la escena de la persecución en la selva (lo de Labeouf en plan Tarzán me parece una genialidad, con los monos ayudando al héroe (sí, no todos son como el de 'En busca...'). Y la escena final, todo un guiño a 'American Graffiti', una joya del Tito Lucas.
Es el SIGLO XXI, y el profesor vuelve más viejo y en la época del dominio digital. Pero, y ahí está lo bueno, todo eso no hace que el espíritu aventurero y el alma de la trilogía original se hayan esfumado. ¡No, por dios!
Spielberg ha logrado sublimar todo esa espectacularidad y centrarse en imprirle cariño a su nueva criatura. Y todo el espectador con dos dedos de frente se podrá dar cuenta de que cuando está viendo 'Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal' está viendo UNA DE INDIANA JONES.
El resto, indignados, saldrán lloriqueando de la sala y blasfemando contra Lucas&Spielberg... ¿La razón? Que las expectativas les carcomieron la puta cabeza, y claro, acabaron jodidos.
El listón estaba altísimo. La cuarta entrega no lo supera, y es cierto que tampoco es que lo roce exactamente, pero supone una diga secuela adaptada a nuestros tiempos sin olvidarse del espíritu que abrazó la serie. Y, por favor, ¿quieren echar un vistazo al grueso de películas aventureras y de acción que pueblan la cartelera? Joder, ojalá el 90% (o más incluso) fuera la mitad de buena que esta I. J. IV, ¡por favor!
Un poco de humildad. Y está hablando un tío que la vió el jueves, y salió frío, desangelado y que acabó posteriormente algo enojado. Y, también, está escribiendo el tipejo que la volvió a ver dos días después y que la disfrutó con la sonrisa en la cara (bajones durante la mitad y el final aparte).
Que sí, que la película tiene fallos: de primeras, quizá ha habido un exceso de ambiciones por parte de sus creadores para desembocar en una historia con no mucha enjundia; y es cierto que, puestos a realizar la historia más enrevesada y freak, algo menos de sobriedad y más ligereza habrían quedado la mar de bien. Y, en mi opinión, la música (salvo en momentos muy concretos) está algo desaprovechada. Sería una película más épica, sin duda.
Pero las virtudes acaban por ganar (sobradamente) la batalla a los contras, a saber: la media hora incial (con secuencias y momentos memorables, como ver la sombra de Indy en el coche -dios mío, me corro- o la pelea a lo 'Salvaje' en el bar -una escena paródica sencillamente genial-, pasando por el inmenso poderío visual del plano con el cielo en llamas por la explosión atómica -una de las imágenes más perdurables de la saga, unida a la excavación al atardecer de 'En busca...'-), los homenajes a los caídos en combate (la cara de Harrison Ford mirando la foto de su padre es todo un poema, pero en plan bien, muy melancólico) y toda la escena de la persecución en la selva (lo de Labeouf en plan Tarzán me parece una genialidad, con los monos ayudando al héroe (sí, no todos son como el de 'En busca...'). Y la escena final, todo un guiño a 'American Graffiti', una joya del Tito Lucas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sí, hay excesos. Es la época de la acción virtuosa y, tal vez, excesiva. Pero no desvirtúa la serie, ¡por dios! No resultan estridencias, sino que provocan risa (pero acompañada de sonrisa, lo cual es muy diferente). Es otra de Indiana, astráiganse de la primera trilogía (¿habrá una segunda?) y disfruten de las nuevas aventuras, de encontrare con viejos amigos (las sonrisas de Marion siguen enamorando como la primera vez) y con viejos momentos.
Aventura, humor, amor, espectacularidad, diversión, emoción... en fin, que es a su modo una gozada.
Tan tarán taaaaan tan ta ráaaaan, tan ta ran taaaa, tan ta rám tán tán (8)
Spoiler a partir de ¡ya!
Y en cuanto al final, con el royo alienígena... pues que mola, aunque insisto en que se le podría haber sacado más partido. No sé a qué viene tanto alboroto hablando de 'delirium tremens' y de hecatombe. En las otras, la peña envejecía 50 años en 15 segundos y se derretía a lo gore en cuestión de milésimas.
¿Qué pasa? ¿Aquéllo no eran excesos? Manda cojones.
Y, respecto al epílogo, quizá la boda sea innecesaria (¿nuestro libre y aventurero héroe casándose en plan buenrollista?), pero no es lo puto peor...
¡Lo que sí mola es la broma final! Shia coge el sombrero, suena la música, se lo va a poner... ¡y Harrison, con su sonrisa burlona, se lo quita y se lo pone él!
Ya sólo queda viajar en el túnel del tiempo de la nostalgia y volver a tener 10 años (cada uno los que le correspondan, vamos) y a disfrutar, soñando con, un día, escapar de la biblioteca armados con un látigo y recorrer mundo en busca de tesoros y un sin fín de aventuras.
Aventura, humor, amor, espectacularidad, diversión, emoción... en fin, que es a su modo una gozada.
Tan tarán taaaaan tan ta ráaaaan, tan ta ran taaaa, tan ta rám tán tán (8)
Spoiler a partir de ¡ya!
Y en cuanto al final, con el royo alienígena... pues que mola, aunque insisto en que se le podría haber sacado más partido. No sé a qué viene tanto alboroto hablando de 'delirium tremens' y de hecatombe. En las otras, la peña envejecía 50 años en 15 segundos y se derretía a lo gore en cuestión de milésimas.
¿Qué pasa? ¿Aquéllo no eran excesos? Manda cojones.
Y, respecto al epílogo, quizá la boda sea innecesaria (¿nuestro libre y aventurero héroe casándose en plan buenrollista?), pero no es lo puto peor...
¡Lo que sí mola es la broma final! Shia coge el sombrero, suena la música, se lo va a poner... ¡y Harrison, con su sonrisa burlona, se lo quita y se lo pone él!
Ya sólo queda viajar en el túnel del tiempo de la nostalgia y volver a tener 10 años (cada uno los que le correspondan, vamos) y a disfrutar, soñando con, un día, escapar de la biblioteca armados con un látigo y recorrer mundo en busca de tesoros y un sin fín de aventuras.