"Contratiempo" es una muestra de ese cine en el que la perspectiva importa, dándole vueltas a una misma idea desde diferentes ópticas, para desembocar en un final arriesgado habitual en las películas de Oriol Paulo, tras "El cuerpo" y su último trabajo: "Durante la tormenta". Como en todas ellas, después te hace pensar si has asistido a un truco de artificio muy bien orquestado, o todas las piezas encajan. Y la verdad es que, salvo en la más reciente, en "Contratiempo" me ha convencido pese a un dato muy evidente (ver spoiler 1) que estaba deseando ver cómo hilvanaba.
Y eso que las localizaciones son tramposas. Nada más lejos del Bierge del Somontano de Huesca donde se dice transcurre parte de la película, sino que está rodada entre el Parque Natural del Montseny y Vizcaya (como oscense ya me extrañaba ver tanta nieve, estación de esquí, un hotel que se asemeja a un balneario y hasta un tren para subir hasta allí). Pero bueno, la magia del cine es así.
En cuanto a los actores, todos estupendos dentro de sus características como intérpretes - ya sabemos que Mario Casas no es demasiado expresivo, pero cumple y además casi es mejor que su personaje sea algo distante en empatía con el espectador (ver spoiler 2) -, aunque como casi siempre sobresale Coronado.
Mi nota: 7,8, porque el guión alcanza el casi perfecto, pese al desenlace tan "manido"