La verdad es que, pese a tener la apariencia de una miniserie biográfica, "Lutero" es una digna película para comprender la complejidad de todo el proceso de la Reforma Protestante. A medida que la iba viendo, me ayudó a recordar cada una de las acciones que estudié sobre el hombre que se atrevió a desafiar al mismísimo Papa con tal de proclamar la verdad manipulada por los intereses económicos de Roma: La exposición pública de sus tesis en Wittenberg, las invitaciones a retractarse, el famoso juicio de la Dieta de Worms, etc. Está bien narrada, de forma muy didáctica, y refleja estupendamente las artimañas de la Iglesia Católica para tener atemorizados a todos los estamentos sociales sin cultura y para convencerlos de que la salvación depende de un pago, sin importarles el esfuerzo que aquellas gentes tenían que hacer para aportar ese dinero. Además, no sólo contempla la buena voluntad de la doctrina luterana, sino también la negatividad de la mala interpretación de sus mensajes que arrastran a la violencia.
Sin embargo, le doy un notable porque hay algunos aspectos que me resultaron vacíos:
- Una buena película histórica debe situarse primero en un contexto introductorio, y más en la Alemania de aquella época, en la que había un conflicto interno, no sólo religioso, sino entre varios Príncipes, además de existir un Emperador.
- Joseph Fiennes realiza una más que aceptable interpretación de Lutero, pero esa fisonomía del personaje no es la que conocemos a través de los retratos que la pintura ha dejado, lo cual le resta credibilidad.
- Colocar a Alfred Molina como uno de los actores principales es mentir, ya que su presencia es casi testimonial.