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España España · Shangri-La
Voto de Angie Banshee:
5
Drama. Musical. Romance Lisa es una estudiante estadounidense que está pasando un año en Londres. Matt la conoce en un concierto de Black Rebel Motorcycle en Brixton Academy y se enamora de ella. Su relación amorosa estará jalonada por las canciones de los grupos a cuyos conciertos asisten: Black Rebel Motorcycle Club, The Von Bondies, Elbow, Primal Scream, The Dandy Warhols, Super Furry Animals, Franz Ferdinand y Michael Nyman. (FILMAFFINITY)
2 de mayo de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos, que lo que es el argumento os lo resumo yo rapidito. Chico y chica se conocen y se gustan. A partir de ahí se dedican a ir a conciertos, a entregarse al noble arte del folleteo, a ir a más conciertos, a seguir retozando, más conciertos, más sexo, más conciertos, más sexo, más conciertos, más sexo… Ah, y entre concierto y polvete cae alguna rayita. Y bueno, sí, se han enamorado. Todo esto nos lo relata el chico desde la Antártida en un flashback que parece ser un alarde de profundidad y nostalgia de los conciertos y el sexo con la moza (no sé si también de las rayas). Y no hay más.

Digo que no hay más porque no encuentro ni un atisbo de conflicto narrativo, que desate el interés del espectador, por ningún lado. En ese sentido, la película me parece tan plana como el pecho de la protagonista.

No obstante, discrepo de aquellas opiniones que la tildan de pornográfica. Sí, claro que es muy explícita en las frecuentísimas escenas de sexo (creo que nunca he utilizado esta palabra tantas veces seguidas en un texto como lo estoy haciendo aquí), y el cine, convencionalmente, no suele serlo. Ahora bien, de pornográfica, nada, monada. Para empezar, la pornografía utiliza unos recursos determinados que lo que buscan es poner cachondo al personal, y yo aquí no veo esos recursos ni de coña. Además, dentro de lo explícito de las escenas, también se da una suerte de belleza estética que nos informa de lo que sienten los protagonistas, el uno por el otro. En fin, que si alguien se acerca al videoclub a alquilar una peli porno y le dan esto, el cliente tiene más razón que un santo si al ir a devolver el DVD decide tirárselo a la cabeza a quien se lo alquiló. Que no, hombre, que confundir esto con pornografía es como pensar que el sexo consiste en tirarse una y otra vez de los tirantes, a lo P. Tinto. Lo único que tiene en común esta película con una porno es lo explícito de las imágenes, y punto. Otra cosa es que algunos se escandalicen. Pues bien, ahí no me meto. Yo no necesito que el cine convencional sea tan manifiesto, pero tampoco pongo el grito en el cielo si me encuentro con escenas de sexo real, como es el caso de esta cinta.

En resumidas cuentas, no tengo claro qué buscaba Winterbottom al rodar esta película, puede que provocar, puede que dárselas de snob, puede que nada en concreto. Para mí es un ejercicio fallido al que le falta profundidad y conflicto. Eso sí, la música mola.
Angie Banshee
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