Ha sido una grata sorpresa esta película. No voy a entrar en los detalles técnicos, actores, fotografía y realización, que me parecen correctos y adecuados para transmitir una idea de actualidad, porque el cine, para mí, tiene una conexión con lo real. Aquí se habla de un hecho real, el suicidio por acoso escolar de una niña de trece años, y no es el único que ha ocurrido. Llama la atención el contraste entre los métodos de educación tradicionales donde el profesor era una autoridad, y los actuales, donde, según se narra en esta película, el profesor es incapaz de hacerse respetar por un alumnado entre los que siempre hay grupos intimidatorios para los demás alumnos y para los profesores mismos, y que saben que sus acciones pueden quedar impunes. A la edad de la adolescencia ya se pueden apuntar cualidades de psicopatía precoz, según los psicólogos. En la película también se ve cómo usan como arma las redes sociales, que también, como se sabe, y está muy establecido, pueden ser bastante antisociales y vehículos de odio. En fin, una película bien hecha y que ofrece temas de meditación.