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Voto de Joan Ramirez:
7
20 de febrero de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siendo un hombre muy maduro, a punto ya de retirarse como piloto en las competiciones automovilísticas en que participaba, Paul Newman declaró en una entrevista una de las frases más lúcidas e interesantes con que me he topado por sorpresa. Vino a decir, más o menos, que “cuando compites por el primer puesto en una carrera y el coche funciona de maravilla, tomas las curvas a la perfección y… te sientes feliz… no hay duda: vas demasiado lento”. Dicho de un modo algo más rupestre: que la vida es como ir en bicicleta: si paras, te caes.
Creo que sólo un hombre que tuviera esto tan claro pudo transitar sin problema del cine moralista de los cincuenta al realismo más personal de los sesenta e, incluso, al cine de desastres de la década siguiente. Superestrella y todo un profesional. Echen cuentas y verán que no hay tantos.
“Comando Secreto” (absurdo y arbitrario título que no hace justicia ni al original ni a la película en sí misma) es prueba de esta constante reinvención de la que hablo. No es una gran película, se limita a ser entretenida. Y vaya por delante que es del género cómico, sin cortapisas: nada de cine bélico ni thriller como leo por ahí. Aunque sea de factura americana, tiene un humor muy inglés, inteligente y refinado, con juegos de palabras y situaciones ridículas afrontadas desde la estupefacción y la seriedad de sus protagonistas. Como explica de forma insuperable en su crítica El Despotricador, hay que saber sintonizar con este tipo de humor para poder disfrutar el film.
Un par de apuntes para finalizar: delicioso el papel interpretado por Vito Scotti, el militar italiano, ex director de hotel, que se encarga del bienestar de los generales presos, una especie de José Luís López Vázquez a la italiana. Tremendo.
El otro descubrimiento es Sylva Koscina, por la que me he visto suspirando.
Creo que sólo un hombre que tuviera esto tan claro pudo transitar sin problema del cine moralista de los cincuenta al realismo más personal de los sesenta e, incluso, al cine de desastres de la década siguiente. Superestrella y todo un profesional. Echen cuentas y verán que no hay tantos.
“Comando Secreto” (absurdo y arbitrario título que no hace justicia ni al original ni a la película en sí misma) es prueba de esta constante reinvención de la que hablo. No es una gran película, se limita a ser entretenida. Y vaya por delante que es del género cómico, sin cortapisas: nada de cine bélico ni thriller como leo por ahí. Aunque sea de factura americana, tiene un humor muy inglés, inteligente y refinado, con juegos de palabras y situaciones ridículas afrontadas desde la estupefacción y la seriedad de sus protagonistas. Como explica de forma insuperable en su crítica El Despotricador, hay que saber sintonizar con este tipo de humor para poder disfrutar el film.
Un par de apuntes para finalizar: delicioso el papel interpretado por Vito Scotti, el militar italiano, ex director de hotel, que se encarga del bienestar de los generales presos, una especie de José Luís López Vázquez a la italiana. Tremendo.
El otro descubrimiento es Sylva Koscina, por la que me he visto suspirando.