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España España · S/C de Tenerife // Madrid
Voto de El Fauno:
10
Drama. Comedia Bob Harris, un actor norteamericano en decadencia, acepta una oferta para hacer un anuncio de whisky japonés en Tokio. Está atravesando una aguda crisis y pasa gran parte del tiempo libre en el bar del hotel. Y, precisamente allí, conoce a Charlotte, una joven casada con un fotógrafo que ha ido a Tokio a hacer un reportaje; pero mientras él trabaja, su mujer se aburre mortalmente. Además del aturdimiento que les producen las imágenes y ... [+]
27 de noviembre de 2007
773 de 966 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto no es una película. Es un roce, una caricia, una mirada, una mano acariciando un rostro, una sonrisa casual a un desconocido en un ascensor, una ventana en un solitario hotel de Tokio, un árbol con mensajes de esperanza, sueños y deseos. Un amor que nunca existió, un amor tedioso, una rutina calmada, un brillo en medio del solitario mar, una persona esperando permanentemente, una joven inmensamente perdida, un hombre enormemente solo en una vida tediosa y trivial. La obra maestra de Sofia Coppola va más allá de lo simple. Plasma en imágenes lo intangible, lo inexpresable, lo que todo el mundo siente pero pocos saben expresar. Una cabeza apoyada en un hombro una madrugada cualquiera en una ciudad lejos de todo. Una complicidad subterránea que se va forjando de manera invisible, un amor de los que no se olvidan. Unas frases de Karaoke que esconden un esplendoroso mensaje de amor, dos personas corriendo de noche por la ciudad, fuegos artificiales en una discoteca, pistolas lasers en medio de un callejón, recreativas que encierran un mundo noctámbulo. Y en su momento más hermoso, es un encuentro fortuito, una lágrima cayendo por una mejilla, un abrazo apasionado, unas palabras susurradas al oído, una sonrisa, una despedida, unas miradas desgarradoras, unas vidas encontradas. Difícil se me hace comentar fríamente algo que a nivel personal me marcó profundamente. Probablemente la película que más haya influenciado en mi persona, en mi manera de ser, en mis gustos e incluso en mi forma de pensar. Como a cualquier persona para la que el cine haya significado algo y con el que haya experimentado alguna sensación inolvidable, a mi esta obra maestra se me quedó grabada a fuego en la mente. Se convirtió de manera inevitable en “la película de mi vida”. Jamas me borraré de la mente ese final, esa bella Scarlett apoyada en una ventana en una solitaria habitación de hotel, o paseando por los enormes parques de Tokio, correteando por los callejones nocturnos de la ciudad, o cruzando una enorme acera con un paraguas transparente. Ese Bill Murray irónico, gracioso, confuso, cantando en el karaoke, o intentando elegir la mejor moqueta, con su wiskhy en la mano y su sonrisa madura. Jamás se borrará de mi memoria esa canción final, ese susurro, ese "adios" tembloroso, esa mirada desconsolada y esas imágenes: un coche alejándose, una carretera por delante, la vida y el “just like honey…” sonando… mientras las imágenes se funden en negro y aparece en pantalla la causante de toda esta maravilla: Sofia Coppola. Probablemente mi vida hubiera sido totalmente diferente sin esta película, le debo lo que soy, y todo lo que amo y esto es algo que no me avergüenzo en absoluto de proclamar, por más burlas que me lleguen. Amo esta película, y punto.
El Fauno
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