Soy muy fan de la Serie B y del infracine en general. Siempre me ha parecido un género que realza cualidades de sus creadores que muy difícilmente traslucen las obras/productos de hoy en día, que o poseen presupuestos astronómicos con los que cualquier pericia resulta nada o muy poco laboriosa o tienen mecanismos llanos y minimalistas apoyados más en interpretación y guión, con lo que no se requieren raudales de pasta. Sin embargo la serie B mola porque es un género que intenta hacer blockbusters con presupuestos indies y, claro, es imposible que se tome en serio a sí mismo. Lo "bonito" de la serie B es que deje fluir recursos y cualidades en sus cineastas que no podrían darse en las circunstancias que propician ni las superproducciones ni las obras de autor.

Pues bien, esta peli no propicia ni deja fluir ni hace que reluzca una puta mierda. Mal montaje, mala planificación, ritmo tedioso... ¿guión? pfff, actuaciones hilarantes. Lo único que se salva y de ahí mis estrellitas, son los efectos especiales que por lo menos han tenido la decencia de cebarse hasta el absurdo en el stop-motion, el maquillaje hecho con cecina y las cascadas de ketchup y demás líquidos viscosos. Lo demás es un chiste sin gracia. Abuso de la cámara en primera persona, reacciones estúpidas de los personajes (el prota se pasa media peli quedándose atrapado bajo muebles que se caen)... pero estúpidas de las que no te ríes, de las que aburren. El fallo de racord como modus operandi. En fin, un despropósito que empacha y fatiga a partes iguales. Pero,... eeeh! un momento! Es que es la peli que dio a conocer a Sam Raimi, maestro del séptimo arte, visionario que ha realizado grandes masterpieces del calibre de Rápida y Mortal y archiconocido por mearse y cagarse en el personaje de Peter Parker en la primera trilogía de Spiderman... ¡ojo! un respeto.

En fin, una joyita de film. Si esto tiene más de un 3 es que será que no entiendo del todo el frikismo ochentero... ¿qué le voy a hacer?