El 30 de diciembre, vi un capítulo casi entero de esta mierda, y sufrí una fiebre que me acompañó cuatro días, y me dejó sin sentarme a la Cena de Fin de Año con mi familia. Aún no sé cuál fue la causa y cuál la consecuencia.

Pero cómo puede ser posible que esos musculitos sin cerebro, carne de logopeda, y esas... (¿se puede decir busconas en FA?) de veintimuchos, preocupados únicamente por la horterada de (poca) ropa que llevan, y por tener el peinado más molón, y ser los más guays y malos malotes (aunque con sentimientos ehhh...) del "barrio", pretendan representar a la juventud española... ¡¡¡de 17 años!!!

Como diría Berto, "¡Hay que tenerlos tan grandes, como cabezas de bebé!".

El guión, inexistente. Un par de "teviabrirlacabezasocapuyo" por aquí, un "yanomecontrolas,tengomipropiavía, saes?" por allá... de órdago.

Las transiciones, y el montaje, se lo encargaron a un mono esquizofrénico hasta arriba de crack. Es como una lobotomía casera en plan barata. Así, una a la semana. Sin abusar.

Y las actuaciones... en fin, entre todos los actores, a lo mejor sí llegan a las 17 neuronas, y dentro de unos años alguno comprende lo que es actuar (dentro de unos 70 u 80 años, supongo).

Hay quien me pregunta por qué veo series inglesas o americanas vía Internet en lugar de las que echan en la tele... y no sé qué decirles.