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Voto de Alma_nicomio:
9
Drama. Romance Elena no sabe si la crisis de su matrimonio será definitiva. Alberto, su marido, un prestigioso ingeniero aeronáutico, tiene una nueva relación. Lo que le ocurre a Alberto, en realidad, es que está confuso y desorientado. Quiere a su mujer y a su hijo, pero intuye que la pasión que le inspira Diego es algo más que deseo. Diego, un hombre sin dobleces ni prejuicios, arriesga en esta relación su estabilidad emocional y profesional. (FILMAFFINITY) [+]
8 de mayo de 2010
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No dejamos de vivir, en cierta medida, una vida marcada por muchos aspectos ajenos a nuestra voluntad. La anarquía, ni en los recodos más personales de nuestro yo, es posible.
Precisamos normas, leyes, pautas...
Formamos parte de la sociedad y debemos vivir respecto a ciertos cánones para CON ella (que no DE ella).
También, somos parte de nuestras familias y ellas, padres, abuelos, nos marcan parte de los caminos que seguiremos, hasta llegar a la vida adulta.
Ahora bien, vivir la vida de otros o la que otros quieren que vivamos no cabe porque, al final, nos pasa factura el no ser.
¿Me explico?.
Quien haya visto la película, supongo, me entenderá.

El protagonista está viviendo una vida que, realmente, no es suya.
Estudios, carrera, formas, matrimonio...
Todo lo ha ido haciendo porque otros lo quisieron y así debía ser.
¿Y él? ¿Dónde está esa esencia suya?
Definitivamente se ha perdido, hasta que conoce a alguien que le abre las puertas de su verdadero yo, y entonces... Todo estalla.

Todo se derrumba y Alberto no es capaz de volver a levantarlo.
¡Qué encrucijada tan dura!
Si levanta de nuevo lo derrumbado en función de "su yo", unos a quienes quiere desde casi siempre, sufrirán. Todos le condenarán, sin juicio, y los dedos le señalarán siempre, las miradas, insultos, reproches serán sus compañeros.
Por el contrario, si lo hace en función de lo que había antes, sufrirá él por seguir viviendo la vida que no es suya y, también lo hará quien le ha abierto las puertas de su camino.

Es sublime la película.
Todo en ella, las formas, los modos, el fondo, dejan un poso de reflexión necesaria (ejem... qué pena que aún hayamos de hacer ciertas reflexiones).
Los cuatro protagonistas llenan sus personajes de vida, transmiten a la perfección los aspectos que marcan cada vida, sentimientos, dolores, alegrías...
Los entornos, la música, las luces y sombras. La noche y el día están en su punto justo, sin estridencias ni excesos. Sin morbo innecesario, sin herir. Con respeto y sentir.

Quizá, algún día, conseguiremos que no haya más historias como la de la película. Ojalá porque... EL AFECTO NO AFECTA. Otras cosas, sí. A todos.
Alma_nicomio
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