Otra vez, el problema parecen ser los inmigrantes (ver mi crítica de la película REC). Sin embargo, esta vez, a pesar de ser maleantes, traficantes, y encarnar en general todos los males de la sociedad, son también la solución, pues ponen en evidencia los planes de los malos para destruir el distrito. El punto es que la película medio en broma, medio en serio se plantea la cuestión de los inmigrantes. ¿Hay que aislarlos en un distrito sin ley? ¿Hay que destruirlos, eliminándolos del mapa? Al final, se opta por destruir el distrito pero no para acabar con los inmigrantes sino más bien para que re-comiencen allí una nueva vida. El mensaje, en el fondo es que lo que está mal no es el gobierno ni el aislamiento, los que tienen que recomenzar son los inmigrantes mismos. La solución finalmente no tiene mucho que ver con la igualdad libertad y fraternidad.
Otro aspecto interesante que se evidencia en la película es la forma como los organismos de seguridad del estado actúan de forma solapada para lograr, a pesar de la democracia y de los presidentes bien intencionados, sus propios intereses (en Colombia, el DAS actúa de forma similar). Es interesante la escena en la que el jefe de la DISSY dice entre dientes al presidente de Francia: "éste no sabe que la guerra y la democracia pueden vivir juntos". Como película de acción, la película no supera lo que se hace en Hollywood. Como reflexión política, la película me parece interesante.