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España España · CIUDAD REAL
Voto de REXMUNDI:
6
Comedia. Drama. Musical. Romance En los años 30, bajo los tejados del París, en las buhardillas, viven los bohemios, los pobres, los artistas y los extranjeros. Entre ellos está Albert, un cantante callejero que se ha enamorado de Pola, una inmigrante polaca a la que también persigue Fred, jefe de una banda de gángsters. Albert y Pola viven juntos hasta que a Albert lo encarcelan por un robo que no ha cometido. Louis, su mejor amigo, se hará cargo entonces de la chica. (FILMAFFINITY) [+]
15 de diciembre de 2009
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Deliciosa película de René Clair que no llega nunca a emocionar al espectador de nuestros días, pero que provoca nostalgia de libertades, sonrisas, un cierto calor de tiempos felices y el encanto de la inocencia. Fiel reflejo por tanto de las sensaciones parisinas, más que de la realidad del París de Picasso. La música acompaña dichas sensaciones durante toda la cinta y logra que deseemos escuchar el acordeón en nuestra próxima visita a Montmartre. Resulta mágico y encantador que el protagonista se dedique a cantar en una esquina haciendo que los viandantes hagan los coros. Maravillosa una sociedad que canta reunida.

La película se inicia con planos de los tejados parisinos para posteriormente ir bajando hacia la calle, acercándose a su vez cual voayeur al interior de los pisitos en un decorado que no desmerece al que armó Hitchcock en "La ventana indiscreta". Bajo los techos de París bien podrían estar bastante bajos, ya que los protagonistas se entrecruzan en un ambiente de bajos fondos, donde no faltan los robos, el carterismo, los cafés, los bares de vinos, las salas de baile, las bandas callejeras, navajas y pistolas, peleas, pisos de mala muerte y supervivientes callejeros. Y en ese decorado, tan urbano y alejado de la exaltación de la naturaleza de las películas de Renoir, constantemente el amor.

El amor es en toda la película un sentimiento ligero, parte de la alegría de vivir de los personajes, donde el compromiso y la pasión no tienen ninguna cabida, y donde Pola puede lanzarse a los brazos de tres amantes distintos en pocos días. El amor, pero también la amistad no menos exaltada en la película, son recursos que los protagonistas utilizan para eludir la soledad. ¿Es un amor verdadero? ¿Son felices estos parisinos? Sea como sea con películas como esta han conseguido que París sea llamada la ciudad del amor.

Por lo demás, es la prehistoria del cine sonoro, por lo que la utilización de los diálogos es absolutamente pobre, sin añadir casi nada a las imágenes, que son las que llevan el ritmo narrativo en todo momento. No obstante, entre lo mejor el uso del sonido de un tren en la escena más violenta e intensa del film. Merece la pena verla incluso sin ser cinéfilo.
REXMUNDI
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