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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
8
Serie de TV. Drama Miniserie de TV (2021). En los años 90, un artista y un hacker de Berlín inventaron una nueva forma de mirar el mundo desde arriba gracias a las imágenes de los satélites de la NASA. Años más tarde, se reúnen para demandar a Google por la infracción de su patente, un algoritmo que Google copió para crear Google Earth.
18 de octubre de 2021
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
El código que valía millones - The Billion Dollar Code

“Eran personas que creían que la revolución digital construiría un mundo más justo y democrático. Pero no pasó nada como lo soñaron.” Robert Thalheim, director de la serie.

Después de la caída del muro de Berlín, Alemania estaba en pañales en cuanto a tecnología digital e informática se refiere y EE.UU., cuyo liderazgo era indiscutible, había tomado una gran ventaja sobre el resto de los países occidentales.
“El código que valía millones”, una miniserie alemana de 4 episodios, cuenta una historia real. Una historia que, en su momento, pasó extrañamente desapercibida. Y digo extrañamente desapercibida con un deje de marcada ironía porque el asunto en cuestión tiene su miga y es tan sobresaliente e impactante que parece incomprensible que no tuviera una mayor resonancia internacional.
Verán, a principio de la década de los 90, Berlín era dos ciudades empeñadas en un histórico proceso de reunificación después de un largo tiempo separadas por aquel muro que muchos bautizaron como el de la vergüenza. Los nuevos vientos de la libertad estimulaban la imaginación de una idealista y joven generación que aspiraba a un mundo mejor, más justo e igualitario.
Carsten Schlüter y Juri Müller eran dos de esos jóvenes inquietos, inteligentes, creativos y visionarios de la contracultura de la época, braceando a contracorriente con la finalidad de obtener financiación para su ambicioso proyecto, “TerraVisión”, en el que la gran mayoría de instituciones y empresas de entonces no creían, al considerarlo como una loca fantasía de ciencia ficción.
Finalmente, Deutsche Telekom les ofrece un contrato que les permita desarrollar su plan y en el plazo de tan sólo un año, no sin grandes contratiempos y penalidades, “TerraVisión” es presentado con éxito en la Feria Internacional de Kyoto de 1994.
A partir de ahí, una serie de hechos bochornosos y sin parangón en la historia del registro de patentes darán lugar al ignominioso acontecimiento que supone el meollo de la narración.
Y para no pecar de impertinente soplón, no les voy a revelar aquí, mis improbables lectores, lo que con tanta expectación e interés fui descubriendo en el trancurso de esta apasionante realización.
Sumérjanse sin miedo en la indescifrable jerga de los algoritmos, nodos, interfaces, hercios, drivers o gigabytes. Un fascinante universo que en veinte años ha cambiado nuestras vidas tanto o más que en el trancurso de los dos últimos siglos. En serio, me lo agradecerán.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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